Protestas por el proyecto de un paso elevado sobre las ruinas de Pompeya

El proyecto de construcción de un paso elevado sobre las ruinas de Pompeya, consideradas como la joya más bella del mundo en el campo de la arqueología, ha movilizado a la asociación Italia Nostra, que se preocupa de la protección del paisaje natural. Su presidente, Antonio lannello, ha afirmado: "Si la idea toma cuerpo, nosotros no nos pararemos ante nada y convocaremos a toda la cultura nacional e internacional a nuestro favor".El paso elevado, que debería pasar sobre las tumbas de Portanocera -las que anunciaban en la antigüedad a los caminantes que estaban acercándose a la ciudad romana-, ha sido en realidad suspendido por el ministerio que se ocupa de los bienes culturales. Había sido ya rechazado en 1970, y más tarde otra vez en 1980. Pero ahora, de repente, ha vuelto a la luz.

La excusa para construir el paso elevado es la descongestión del tráfico, sobre todo de los autobuses, que llevan hasta Pompeya cada año a más de cinco millones de turistas. Pero en realidad se teme que se trate más bien de una especulación de tipo político y que, como en una gran parte de las obras realizadas en el Sur, esté por medio la mano de la Camorra o de la Mafia. De hecho, últimamente ha sido la comisión antimafia la que se presentó en el Ayuntamiento de Pompeya para examinar todos los viejos proyectos existentes de autopistas sobre las ruinas pompeyanas.

El problema consiste en quién tiene en estos momentos la competencia para poder aprobar las obras. No se sabe si es el Ministerio de Bienes Culturales u Obras Públicas, si es la región o el Ayuntamiento del lugar, si basta una aprobación de los políticos del lugar o debe intervenir Roma.

Burocracia

La salvación para las ruinas puede ser lo que aquí se llama la guerra del papel, es decir, la lucha entre las diversas burocracias, que en el mejor de los casos podría obligar a aplazar todo otros 10 años. Sin contar que mientras tanto se habrán sucedido en Pompeya otros tantos gobiernos locales que podrían cambiar de opinión.

Sin tener en cuenta la lucha que va a desencadenar, no sólo Italia Nostra, sino todos los movimientos ecologístas y verdes, porque es evidente para todos que el proyecto no comprendería sólo el paso elevado. La ambición de quienes han desempolvado el viejo proyecto es la de crear alrededor de Pompeya todo un complejo turistico que supondría una inversión de iniles,de millones de pesetas.

Sandro Staíano, comunista, profesor de Derecho Constitucional de la universidad de Nápoles, ha presentado una solución alternativa para resolver el problema del tráfico: "Bastaría utilizar", ha afirmado, "los trazados antiguos de la Pompeya agrícola, lejos de la cinta de las excavaciones. De este modo quedaría íntegro y sin afearse este tesoro único en el mundo que es Pompeya".