El centro que expulsó al hijo de una víctima del SIDA teme una fuga de alumnos

Los responsables del colegio María Goretti manifestaron ayer que la expulsión del pequeño Israel Pagalday Maiztegui, cuya madre murió víctima del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) era sólo temporal, aunque necesaria, justificaron su decisión por razones "de estabilidad". Los responsables del colegio temían una huelga de matrículas si el pequeño, que no padece el SIDA ni es portador del virus causante, permanecía en el colegio. No obstante, y dada la repercusión social que ha tenido la expulsión del niño, los mismos responsables han reconocido que este asunto podría poner en peligro el puesto de trabajo del personal contratado y el futuro del mismo centro, según Efe.La muerte, por el SIDA, de la madre de Israel, de 3 años, fue el detonante que hizo pensar a algunos padres que el niño "tenía veneno" en la sangre y que sus hijos podían ser contagiados. Israel recibió por vía placentaria los anticuerpos del SIDA, pero los análisis efectuados demuestran que se trata de un niño sano.

En tanto el consejero de Educación del Gobierno vasco, Juan Churruca, decide sobre el caso, los responsables del centro mantienen que la decisión de expulsar al pequeño era la menos mala mientras no existan garantías absolutas de que no puede contagiar a sus compañeros.