Levantado el toque de queda en Santiago de Chile
El régimen militar chileno levantó ayer el toque de queda que regía en Santiago entre las dos y las cinco de la madrugada y se prepara a no renovar el actual estado de sitio cuando éste llegue a su término, el próximo lunes. Ambas medidas forman parte de un plan anunciado en la Nochevieja por el general Pinochet, que incluye la autorización para el regreso de exiliados y el acondicionamiento de la ley de partidos políticos. La oposición, mientras tanto, ha diseñado un amplio plan de movilizaciones masivas con un objetivo central: exigir elecciones libres.
El proyecto de Pinochet de perpetuarse en el poder no ha sufrido cambio alguno, como él mismo se encargó de aclarar en una entrevista que acaba de ser publicada en Santiago. Pinochet admitió en la entrevista que "tienen razón" los que dicen que él está amarrado al poder. Aunque no quiso explicar sus planes ("yo nunca declaro las cosas que voy a hacer porque, si las declaro, las pierdo", dijo), sus asesores presidenciales confían en reactivar la economía y mantener dividida a la oposición, como base para conseguir un mínimo apoyo en el plebiscito para la sucesión en 1989.La oposición revisará sus tácticas después de que en 1986 -definido en sus inicios como el año "decisivo"- fracasaran tanto la movilización social como los intentos de diálogo con la Junta de Gobierno para acelerar la caída de la dictadura.
El eje de las movilizaciones de este año será la campaña por elecciones libres, una idea a la cual se adhieren todas las colectividades.
Con claras reminiscencias de Filipinas y de la campaña Directas ya que realizó la oposición en Brasil, los partidos quieren presionar al régimen para que abandone cuanto antes sus planes de convocar en 1989 a un plebiscito con un solo candidato, escogido por la Junta de Gobierno, como lo establece la Constitución de 1980. Y, si la campaña por elecciones libres no diera resultado, se impulsará la movilización hacia un voto negativo contra el candidato oficial.
Pasos intermedios
La táctica supone pasos intermedios. Para que haya una elección libre y no plebiscito, la Constitución debe ser modificada, lo que requiere el voto afirmativo de todos los miembros de la Junta, incluido el general Humberto Gordon, nuevo representante de Pinochet en el llamado "poder legislativo". Este camino necesita de un diálogo entre las fuerzas armadas y los partidos. "Ias fuerzas armadas van a tener que optar entre los intereses personales de Pinochet o los de la patr1a", dijo Claudio Huepe, vicepresidente del partido democristiano.Además, los partidos tendrán que reconocer, de hecho, la Constitución del régimen que impugnan para pedir su modificación. Y, aunque Huepe lo desmiente, esperar hasta finales de 1988 para la sucesión.
Mientras tanto, la Democracia Cristiana quiere nombrar, en acuerdo con otros sectores de la oposición moderada, un candidato que represente a la oposición.
La campaña por las elecciones será encabezada por un comité de personalidades de distintas tendencias, anticipó Huepe. Tendrá símbolos, insignias, colores distintivos Y habrá concentraciones de apoyo.
Pero la unidad será dificil entre la oposición de centro e izquierda moderada y el radical Movimiento Democrático Popular (MDP), que integra el Partido Comunista.
Según Huepe, participarán en el comité "quienes acepten un solución política para Chile y no a través de los fusiles. Espero que haya una reacción del Partido Comunista para que pueda participar".
[Por otro lado, la Central Nacional de Informaciones detuvo ayer a siete presuntos militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), a quiene puso a disposición de la justicia militar como acusados de participación en el atentado contra el general Pinochet, informa la agencia Efe].
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