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Los productores de cine piden que se informatice el control de taquilla

Los representantes de los productores cinematográficos reiteraron ayer al director del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), Fernando Méndez Leite, la necesidad de que se regularice el control de taquilla, "el tema fundamental tras el que se solucionarían todos los problemas del cine español", según uno de los productores. Ambas partes llegaron ayer al acuerdo de que se informaticen las salas para que el control sea eficaz. Por otra parte, 55 películas españolas son las beneficiarias de los 2.000 millones de pesetas concedidos en 1986 como subvención anticipada, principal ayuda que concede el Ministerio de Cultura a la producción cinematográfica.

La reunión con los productores se desarrolló durante casi todo el día de ayer. Los productores coinciden en que el principal problema del cine español es el control de taquillas [los datos sobre la recaudación real efectuada en una sala por una determinada película], que no se produce por la falta de posibilidades recaudatorias fiables con que cuenta el Ministerio de Cultura."El coste de lo que se defrauda es incalculable", según un productor, "y sigue aumentando". Todos estuvieron de acuerdo y Méndez Leite se mostró en principio también a favor de informatizar las salas. La ley del cine de 1984 prevé que los productores de películas españolas de largometraje percibirán una cantidad equivalente al 15% de los rendimientos brutos de taquilla que obtengan dichas películas durante los cuatro primeros años de su explotación comercial.

Con un terminal en 800 cines (que racaudan el 85% o 90%) se conocerían los datos de control de taquilla inmediatamente y no habría posibilidad de fraude. -Según los cálculos manejados ayer, este proceso costaría 800 millones de pesetas, aparte del mantenimiento. El productor Elías Querejeta propuso que, si el coste era excesivo, el problema se solucionase con la informatización de unas 500 salas.

Financiación

Se barajaron varias posibilidades de financiación, como que se hiciera cargo de esta partida (que, según Méndez Leite, el Ministerio de Hacienda suprimió de los presupuestos) el Fondo de Protección a la Cinematografía.El productor José Frade defendió que es competencia del Ministerio de Hacienda, que, como defiende los intereses del Estado en pequeños negocios o en profesionales liberales, debía hacerse cargo de la inspección, la informatización y todo lo que hiciera posible el conocimiento de las cifras reales del cine español. Méndez Leite propuso a los presentes una próxima reunión con responsables de Hacienda a quienes se podría plantear este problema.

También se trató sobre la reconversión de las salas y de las relaciones con la televisión, se dio cuenta de las conversaciones con la asociación de los grandes distribuidores norteamericanos de la MPAA, "que tiene interés en hacer una reunión en Madrid con todos los sectores del cine español", según Méndez Leite, y de la regulación del vídeo doméstico, entre otros temas.

Por otra parte, 55 películas españolas son las beneficiarias de los 2.000 millones de pesetas concedidos en 1986 como subvención anticipada, principal ayuda que concede el Ministerio de Cultura a la producción cinematográfica, según se conoció ayer.

El Dorado, de Carlos Saura que recibe 100 millones de pesetas; El túnel, de Antonio Drove, con 90 millones, y La casa de Bernarda Alba, de Mario Camus con 77,3 millones, son los proyectos que obtienen este año la más alta subvención para hacer la película. Les sigue Asignatura aprobada, de José Luis Garci, que recibe 75 millones de pesetas (un 50% de su coste), igual que Peraustrinia 2004, de Ángel García, y El bosque animado, de José Luis Cuerda.

De estas 55 obras, algunas se estrenarán en las pantallas en breve, como Tata mía, de José Luis Borau (que recibió 60 millones); La playa de los perros, de José Fonseca (14 millones), y La cara de acelga, de José Sacristán (44 millones), esta última en febrero. Otras están o estuvieron en cartelera, como El año de las luces, de Fernando Trueba (tuvo 63 millones), o Hay que deshacer la casa, de José Luis García Sánchez (42,5); Delirios de amor, de Félix Rotaeta; Werther, de Pilar Miró (48,5), y Marbella, de Miguel Hermoso (30).

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