Thatcher y Karpov declaran que debe proseguir el diálogo

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, y el enviado especial y negociador jefe soviético en las conversaciones de desarme, Viktor Karpov, se mostraron ayer partidarlos de que tanto el Este como el Oeste continúen "sus conversaclones destinadas a conseguir un acuerdo de desarme".Karpov inició ayer una ronda de entrevistas con líderes occidentales para explicar el punto de vista soviético sobre las conversaciones mantenidas en Reikiavik el fin de semana, con una reunión más larga de lo previsto con Thatcher en el núniero 10 de Downing Street, sede de la presidencia dell Gobierno británico.

En una declaración a la Prensa a la salida de su entrevista con Margaret Thatcher -que duró 90 minutos, justo el doble de lo que estaba previsto-, Karpov manifestó: "Estuvimos de acuerdo en. que debería buscarse una salida a esta situación y que ambas partes tendrán que realizar esftierzos sustanciales para conseguirlo". La versión británica coincidió plenamente con la soviética: "Ambas partes han estado de acuerdo en que era vital seguir adelante y que había una base común para proseguir las conversaciones".

Aunque los entrevistados calificaron la reunión de "muy útil", sus portavoces oficialles se negaron a revelar los detalles de las conversaciones. Sin embargo, la interpretación en la capital británica, es que, contrariamente a las interpretaciones improvisadas transmitidas desde Reikiavik, las dos partes han avanzado sustancialmente en la presentación de sus respectivas propuestas.

Una alta fuente del Foreign Office manifestó a EL PAÍS tras la entrevistá mantenida ayer por Karpov con la ministra de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores, baronesa Young -el titular, sir Geoffrey Howe, se encuentra en China acompañando a la reina-, que los soviéticos "desean avanzar" en las negociaciones de desarme. Karpov puso de relieve ante lady Young que este deseo soviético provenía directamente del secretario general, Mijail Gorbachov, de quien había recibido instrucciones poco antes de abandonar la capital islandesa.