Reagan viaja mañana a Islandia con la esperanza, de alcanzar un acuerdo sobre los euromisiles
El presidente Ronald Reagan viaja mañana a Reikiavik con la esperanza de lograr un acuerdo de principio con el número uno soviético, Mijail Gorbachov, para reducir el número de misiles nucleares de alcance medio (INF) desplegados por las dos superpotencias en Europa, afirmó ayer el secretario de Estado norteamericano, George Shultz. En la capital de Islandia no se firmará nada, pero los dos líderes pueden dar el impulso a los negociadores en Ginebra para que, en la verdadera cumbre de Washington, EE UU y la URSS firmen un acuerdo provisional sobre los INF, explicó Shultz.
El secretario de Estado precisó que el acuerdo deberá incluir también algún tipo de garantías sobre los cohetes nucleares de alcance más corto que amenazan a la República Federal de, Alemania desde Checoslovaquia y la República Democrática Alemana. Shultz informará el lunes en Bruselas a los aliados de la OTAN sobre los resultados de: la cumbre de Islandia. El encuentro del fin de semana también puede servir para avanzar en acuerdos menores de ampliación de medidas de confianza, como la creación de centros para reducir los riesgos de tina guerra por error o para evitar la proliferación de armas químicas, informó el secretario de Estado.El presidente: norteamericano insistirá a Gorbachov en que es "esencial para EE UU continuar con la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de una forma completa y seria", lo que no parece dejar posibilidad de compromiso para alcanzar acuerdos de reducción drástica de los grandes misiles intercontinentales. Según Shultz, Estados Unidos no acordará nada que suponga "una limitación" del sistema conocido popularmente como guerra de las galaxias, al que definió como "póliza de seguro",contra los grandes misiles estratégicos.
El presidente afirmó el martes que vuela a Islandia "sin ilusiones", en un intento de cal mar a los sectores más conser vadores, que le acusan de ha berse dejado presionar para ce lebrar una, cumbre apresurada en la que EE UU tiene más que perder que la URSS. "Continuaremos siendo sinceros acer ca de la URSS, las implicaciones morales de su ideología y e grave peligro de sus intencione geopolíticas", dijo Reagan.
Para disipar el temor de los conservadores a una concesión sobre cuestiones de control de armamentos, Shultz dijo ayer que, en Reikiavik, Estados Unidos prestará un "importante grado de atención" a los conflictos regionales y a la cuestión de los derechos humanos. Para reforzar esta idea, Ronald Reagan recibió ayer en la. Casa Blanca al disidente soviético Yuri Orlov -liberado por Moscú en el canje por el. periodista Nicholas Daniloff- a quien calificó como un "héroe de nuestro tiempo".
El presidente aseguró que pondrá sobre la mesa en Islandia "las violaciones soviéticas de los derechos humanos y su intervención militar" en conflictos regionales.
"Sería impensable", precisó, "que los líderes mundiales se reunieran en un espléndido ais lamiento mientras los pueblos de Afganistán, Centroamérica, África y el sureste asiático sufren terriblemente a causa de invasiones e. intervenciones militares soviéticas".
Prioridades
Sin embargo, la cuestión de control de armamento y la busca de fórmulas para la reducción de los arsenales nuclares es la primera en la agenda de Reikiavik. Shultz sólo citó Nicaragua al ser preguntado por el derribo de un avión norteamericano por los sandinistas. Esto no afectará para nada a la cumbre, declaró. Los dos líderes dedicarán algo más de atención a Afganistán, donde Washington espera que Gorbachov haga una oferta de retirada parcial de tropas.
El acuerdo sobre los euromisiles debe ser global, en opinión de Washington. Esto es, que afecte también a los misiles de alcance medio que la URSS tiene en Asia, y no sólo a los europeos.
Estados Unidos exigirá un sistema de verificación en el lugar donde se encuentran o incluso fabrican estas armas, que en relación con los procedimientos empleados hasta ahora puede considerarse "intrusivo", explicó el secretario de Estado. La duración del eventual acuerdo y, la inclusión enél del cohete de alcance más corto, tal como ha pedido a Reagan el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, es también otro problema para cerrar el trato sobre los euromisiles.
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