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Los Presupuestos Generales del Estado para 1987

Solchaga afirma que la economía comenzara el próximo año a recoger los frutos del ajuste

La consecución de los objetivos reseñados, en opinión de Carlos Solchaga, se basa en el "ajustado diagnóstico" de la evolución de la economía durante este año. El cumplimiento de los objetivos ha permitido "un aumento sin precedentes" en la creación de empleo. En el segundo trimestre de 1986 se habían creado 264.000 puestos de trabajo, la mayoría por cuenta ajena, con respecto al año anterior. Estas nuevas contrataciones se convierten en 460.000, aseguró el ministro, si no se consideran los sectores agrarios. Aunque Solchaga se resistió inicialmente: a aventurar el posible ritmo de reducción del paro, lo previsible es que, en el peor de los casos, sea algo superior al 1,5%, tanto este año como el que viene". En cifras absolutas significa una disminución superior a 150.000 parados por año.Para 1986, el horizonte interno es mejor "porque se están empezando a notar de manera significativa los frutos de la política de saneamiento y rigor de la. primera legislatura". El crecimiento del próximo año (3,5%) descansará enteramente en la demanda interna, ya que el sector exterior tendrá un evolución ligeramente negativa. La formación bruta de capital se incrementará este año un 7,5% y un 6,9% el próximo.

Más información
Los gastos públicos aumentarán por encima de la inflación prevista para el año próximo
El déficit descenderá 100.000 millones en valores absolutos
Las cuentas, adelantadas
Los ingresos del Estado crecerán un 12,3%, con 6,14 billones
Suprimida la desgravación fiscal del 15% para las inversiones de renta fija
El País Vasco devolverá 36.871 millones mas que este año

Las mejoras en los beneficios de las empresas, la reactivación de la inversión: el aumento del consumo han dado pie a "tasas de desarrollo importantes, que serán superiores en el futuro". Por eso señaló Solchaga, "no pueden afectar a, España las previsiones a la baja sobre la economía mundial. realizadas recientemente por el Fondo Monetario Internacional y no será necesario revisar ese objetivo para este año". También reafirmó como posible el logro del 8% de inflación este año, aunque "el Gobierno no tendrá inconveniente en revisar al alza ese índice, si los datos posteriores así lo confirmaran".

La inflación

El incremento de los costes unitarios (salariales y otros) de las empresas ha provocado algunas tensiones inflacionistas, que, en su opinión, no son importantes, porque existe un margen suficiente proporcionado por la mejor estructura financiera de las empresas, la tendencia a la baja de los tipos de interés y el preacuerdo sobre el pacto social entre patronal y sindicatos, todo lo cual liará posible absorber el diferencial de inflación con la CE en dos años. Para finales de 1988, si se cumplen las previsiones, tanto España como el resto de los países industrializados registrarán una inflación del 3%.Las novedades fiscales para el próximo año, al margen del aumento del 5%. en las deducciones familiares, residen en la supresión de la desgravación de las emisiones de renta fija, incluida la deuda pública. El fin de este estímulo inversor permite al Gobierno retomar el objetivo del programa electoral de 1982, entonces inviable por la oposición del anterior ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer. Esta concurrencia libre al mercado no asusta al Gobierno en cuanto a sus emisiones de deuda pública, aunque tendrá que mejorar los tipos de interés ofrecidos para no perder el favor de los inversores.

La intención de Economía es desviar un flujo importante de capitales hacia las inversiones de capital riesgo y hacia los fondos de pensiones, de próxima constitución. De ahí que la deducción por renta variable se reduzca del 17%, al 10% y las primas de seguros del 15% al 10%. Las deducciones por valores mobiliarios en las declaraciones hechas en 1985 ascendieron a 32.920 millones de pesetas, correspondientes a una inversión realizada de 219.487 millones el año anterior.

La liberalización del sistema financiero, según Carlos Solchaga, se extenderá a los coeficientes bancarios, cuyo límite de reducción "es grande y en ese camino se hará un esfuerzo importante".

El proyecto presentado ayer a las Cortes destaca por la austeridad en el gasto, según recalcó el ministro de Economía. Los gastos consolidados del Estado ascienden a 7,12 billones de pesetas, a los que hay que añadir 2,8 billones de los organismos autónomos. El presupuesto de la Seguridad Social asciende a 4,37 billones.

Presión tributaria

Las ingresos del Estado ascenderán a 6,14 billones de pesetas, un 12,3% más que en 1986, lo que va a suponer un incremento de la presión tributaría sobre los contribuyentes del 0,68%, si bien el aumento de la presión fiscal total, una vez ajustados los efectos contables del IVA, queda reducida al 0,15%.El déficit público tendrá el protagonismo positivo de descender en valores absolutos el próximo ejercicio, por primera vez en los últimos años. Su disminución al 4% del PIB es todavía una previsión acorde con el objetivo del Gobierno, porque el actual proyecto está cerrado en un 3,7%, pendiente de lo que ocurra con las transferencias a las comunidades autónomas.

En contraste con los Presupuestos actuales, el "próximo año el contribuyente no va a tener quejas, porque no aumenta significativamente la presión fiscal". Solchaga también hizo notar que este presupuesto ha conseguido la aceptación inicial por parte de UGT y de la patronal CEOE. Si el año pasado la presentación de los presupuestos provocó la contestación por parte de los agentes sociales, "éste por lo menos no va a despertar animadversión, aunque: tampoco grandes entusiasmos".

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