La conferencia de desarme europeo, a punto de lograr un acuerdo

La Conferencia de Desarme de Estocolmo (CDE), que oficialmente debe concluir hoy, viernes, trabajaba febrilmente anoche con vistas a alcanzar un acuerdo sobre creación de medidas de seguridad y confianza en Europa, según el mandato de Madrid, sobre el que ha venido negociando desde hace dos años y nueve meses. Aunque ninguna de las delegaciones se mostraba ayer proclive a formular previsiones, existe un moderado optimismo y una buena disposición general para lograr las metas propuestas.

Dos son los temas principales que la conferencia de 35 países -además de los europeos, Estados Unidos y Canadá- tiene en la mesa de negociaciones: el de la verificación, es decir, inspección en el sitio de las maniobras militares previamente anunciadas; y el umbral para comunicar esas actividades militares, es decir, el número de efectivos por encima del cual los paises miembros están obligados a anunciar públicamente sus maniobras.Pese a que tanto la Alianza Atlántica como el Pacto de Varsovia han hecho concesiones, subsistían hasta ayer diferencias importantes en cuanto a la forma en que habrá de efectuarse dicha verificación. Éste es un punto especialmente sensible para los países occidentales, que consideran que sin inspección cualquier acuerdo queda prácticamente invalidado. Hace apenas un mes, la URSS, que había rechazado sisternáticamente la verificación en su territorio, comunicó su aceptación. Este avance, si bien importante, no resolvió todos los problemas, ya que quedó pendiente definir las formas en que habrá de hacerse esa inspección. El Pacto de Varsovia sostiene que con aviones y tripulación del país protagonista. Los occidentales propusieron que los aviones y tripulación pertenezcan a uno de los países neutrales.

Pese a su importancia, se cree que el tema de la comunicación de las maniobras de envergadura no sería obstáculo insalvable si se alcanza un acuerdo en el de la verificación. Si todo se desarrolla sin tropiezos, la conferencia debe elaborar un documento final para ser presentado a la conferencia de Viena, a iniciarse en noviembre, para que allí se decida la continuación o no de la actual conferencia de Estocolmo, que en caso afirmativo podiría ser en otra capital europea.