La confusa mitomanía

El III Festival de Otoño de Madrid presenta para su directora, Pilar de Yzaguirre, unas características que lo diferencian de las anteriores ediciones: "Este año, el festival viene a representar lo que Madrid tenía que haber sido hace años. El año pasado fue una vuelta atrás para recuperar todo lo que no había venido en su debido momento y, por ética y moral, no se podía seguir adelante si grandes creadores que nunca habíamos visto no venían. A partir de ahí, el festival tiene que ser algo nuevo, con creadores que hacen cosas con gran calidad, pero que todavía no están en la historia de la mitomanía", dice.Para la directora del festival, en España hay un problema en este sentido por el retraso que hemos sufrido. Se refiere a "los nombres que suenan, que nunca han venido y que son los ídolos". "Quiero que estén presentes en el festival las personas que hacen esfuerzos por crear nuevas expresiones. No podemos pensar que la programación se llene de profesionales con más de 60 años porque son los mitos. Siempre hay creadores que con 40 años son un mito, pero muchos nombres del año pasado hace decadas que tenían que haber venido a España", añade.

No obstante, el año pasado se vio a jóvenes mitos, como Bob Wilson, y en la presente edición están clásicos deseados, como Richard Foreman o Ariane Mnouchkine. Pilar de Yzaguirre piensa que Mnouchkine y su Théâtre du Soleil han sido consagrados internacionalmente a raíz de su presencia en el Festival de Los Ángeles y sus trabajos en torno a Shakespeare. Para ella, Bob Wilson y Pina Bausch llevan aportando nuevas experiencias desde hace más de 15 años; por eso acudieron el año pasado, mientras que Mnouchkine pertenece a otra generación, a una hornada más reciente.

"Hay toda una serie de nombres desconocidos", comenta Pilar de Yzaguirre, "como el de Ariane Mnouchkine, que es importante que vengan a España y podamos apreciar sus trabajos".