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Agricultores y ganaderos españoles pueden ser los perdedores del acuerdo agrícola EE UU-CE

España empezó a librar ayer, con escasas posibilidades de éxito, una batalla para intentar que los agricultores y criadores de cerdos españoles no pierdan a finales de año entre un 5% y un 10% de competitividad a musa del compromiso provisional sobre las exportaciones norteamericanas de sorgo y maíz a Europa, concluido el 2 de julio entre Estados Unidos y la Comunidad Europea (CE).

Los ministros de Agricultura de los doce se reunieron ayer en la capital belga para aprobar el reglamento sobre la aplicación del acuerdo, que estipula que si el mercado español no absorbe mensualmente 234.000 toneladas de los mencionados cereales y de gluten de maíz, desechos de cerveza y cortezas de limón, la CE tomará a partir de octubre las medidas oportunas para que las importaciones comunitarias alcancen la cantidad estipulada.Al aplicarse a los cereales estadounidenses una tasa compensatoria, los ganaderos españoles han dejado de comprarlos desde el ingreso de España en la CE y adquieren ahora sorgo y maíz europeos más baratos, sobre todo de la Aquitania francesa.

Los cereales que los agricultores norte americanos no han con seguido colocar en la península Ibérica, prácticamente: la totalidad de sus anteriores exportaciones a España, serán puestos próxima mente a la venta en Europa a un precio inferior al que son comercializados el sorgo y el maíz europeos, pero el Ministerio español de Agricultura teme que los ganaderos españoles no logren beneficiarse de ello.

Recelo español

Sus recelos se fundamentan en que las casi 234.000 toneladas de cereales saldrán muy probablemente a subasta en el puerto de Rotterdam, menos distante que los peninsulares de la costa Este de Estados Unidos y que centraliza tradicionalmente la mayor parte de las importaciones agrícolas comunitarias. A la ventaja geográfica, los ganaderos de la Europa septentrional pueden añadir su mejor organización cuando se trata de hacer ofertas.

Por todos estos motivos la Administración española, que en julio vetó durante unas horas el acuerdo Bruselas-Washington en una reunión de embajadores, solicita ahora un derecho de preferencia para sus ganaderos a la hora de comprar ese maíz norteamericano a bajo precio, o incluso un reparto por cuotas entre los doce que sea generoso con los nuevos miembros de la CE. De lo contrario, la cría de pollos y cerdos se vería encarecida en España hasta el punto de hacer perder competitividad a los agricultores y porquerizos.

A pesar de que cuenta con el apoyo de Lisboa, que puede encontrarse dentro de poco en una situación similar a la española, y, por otros motivos, con el de Roma y Atenas, el frente sur encabezado por Madrid tiene, en opinión de fuentes comunitarias, pocas posibilidades de resistir a las tesis del bloque norte, que defiende obviamente los intereses de sus poderosos agricultores.

En el orden del día del consejo ministerial de Agricultura figuran también medidas socioestructurales a favor de las islas Canarias, que no están incluidas en la Política Agrícola Común, tendentes a mejorar la transformación y comercialización de sus productos y a promover reagrupamientos de sus agricultores.

Política mediterránea

La famosa política mediterránea fue discutida por los ministros de Asuntos Exteriores, reunidos paralelamente a sus colegas de Agricultura, que también debatieron el acuerdo concluido el 10 de agosto entre la CE y Estados Unidos para zanjar otra disputa entre los dos colosos del comercio mundial, y que permite que 45.000 toneladas de almendras norteamericanas entren en la Comunidad abonando tan sólo un derecho de aduana del 2%.

Las almendras españolas pagan, en cambio, un 5%, motivo por el cual la delegación de Madrid pidió que se le aplique la llamada preferencia comunitaria. Ésta estipula que en ningún caso el trato que reciben los productos de un Estado miembro puede ser peor al que se otorga a los de un país tercero.

La Comisión Europea ha propuesto reducir el derecho de las almendras españolas a tan sólo un 1% y sobre este compromiso los titulares de Exteriores deberían pronunciarse hoy martes. Fernández Ordóñez se mostró confiado sobre su aprobación. "Creo", dijo, "que lo hemos arreglado como convenía".

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