"La que habéis armado"

Miguel Delibes, que confesó ayer sentirse "hondamente emocionado y conmovido" ante las muestras de afecto que recibió durante el homenaje, fue capaz, sin embargo, de ofrecer una lección de serena sobriedad que disfrazó de un humor muy de la tierra. "La que habéis armado", susurré al oído de uno de los organizadores.Su intervención en el discurso de clausura fue sobre todo un canto a la vinculación con su tierra, una declaración de compromiso literario y vital: "Cuando tomé la decisión de escribir, la literatura y el sentimiento de mi tierra se imbricaron", diría, "pero en todo caso ni Valladolid ni Castilla me deben algo, sino, tal vez al contrario, sea yo el deudor, porque de ellos he tomado no sólo los personajes, escenarios y argumentos de mis novelas, sino también, y este, es esencial, las palabras con que: nan sido escritas. Si es cierto que: en esta ciudad se habla buen castellano, yo me he aprovechado de ello". Más tarde reconoció: "Trasladarme a otro lugar hubiera comportado un desgarramiento; sigo aquí porque no hubiera acertado a estar en otra parte, porque sin este capellón de tierra bajo misipiestal vez mi imaginación se hubiera esterilizado".

"Yo quisiera", añadió, "desear que reverdezcan los sentimientos que anidaron hace siete lustros en el corazón de mis personajes: amor, ternura, solidaridad, mutuo respeto, compasión; el convencimiento de que todo ser ha venidoa este mundo para aliviar la soledad de otro ser".