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TENSIÓN EN EL MEDITERRÁNEO

España vincula la ruptura de la unión Rabat-Trípoli al conflicto entre EE UU y Libia

EL PAÍS, Fuentes del Ministerio español de Asuntos Exteriores vincularon ayer la ruptura marroquí del acuerdo de unidad con Libia a la situación de tensión en que se vuelven a encontrar las relaciones entre Estados Unidos y Libia. Según dichas fuentes, el que la decisión de Hassan II coincida con el citado recrudecimiento de la tensión libionorteamericana no es una casualidad.

No obstante, representantes gubernamentales prefirieron esperar a que se celebre el próximo lunes, en Madrid, la prevista entrevista entre el embajador estadounidense en la ONU, Vernon. Walters, y el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordoñez, para valorar el alcance exacto de la decisión marroquí y de la tensión en el Mediterráneo. Diplomáticos españoles aseguraron ayer no haber sido sorprendidos por la decisión anunciada el viernes por la noche por el rey de Marruecos.Cuando fue anunciado el proyecto de unidad entre Libia y Marruecos, el portavoz del Ministerio español de Asuntos Exteriores lo interpretó como un intento de superar el aislamiento marroquí, tras el proyecto de unidad entre Argelia, Túnez y Mauritania, y de conseguir que el Frente Polisario dejase de recibir ayuda libia.

El Gobierno español renunció a una reacción oficial cuando el rey Hassan II aludió a Ceuta y Melilla en la referencia a su pretensión de unificación de Marruecos en el discurso de presentación del referéndum sobre el acuerdo de unidad. con Libia. Incluso algún destacado representante socialista eludió un pronunciamiento sobre la pretendida unidad libio-marroquí con la disculpa de que -se trataba de un asunto que no afectaba a España.

De la verdadera dimensión de la preocupación que suscitó entre las autoridades españolas dan prueba, sin embargo, los estudios iniciados inmediatamente por estrategas del Estado Mayor Conjunto de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Asimismo, la iniciativa libio-marroquí fue tenida en cuenta en la actualización del Plan Estratégico Conjunto, que ya con anterioridad contemplaba como una de las posibles amenazas para la seguridad española la que podría proceder de Libia.

De hecho, al decidir la compra de aviones F 18-A para el programa FACA (futuro avión de combate y ataque), el Ministerio de Defensa tuvo en cuenta que su radio de acción alcanzaba a buena parte del territorio libio y comprobó en ejercicios teóricos que podrían despegar de España, atacar un objetivo en Libia y regresar a territorio español en una sola operación.

Venta de armas

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No obstante, en el ámbito estrictamente político y diplomático, el Gobierno de Felipe González mantuvo su estrategia de buena vecindad con Marruecos, consistente en no alimentar la tensión con declaraciones públicas y confiar en la eficacia de la tenacidad, con el mantenimiento incluso de las ventas de armamento.

En todo caso, la diplomacia española confía en que los datos que facilite mañana el embajador norteamericano en las Naciones Unidas permitan conocer en toda su dimensión, y motivación, la ruptura marroquí con Libia. La anterior visita de Walters a Madrid, donde fue recibido en secreto por Felipe González, se produjo poco antes del ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos a Trípoli y Bengasi (Libia).

Representantes gubernamentales tuvieron que admitir que las autoridades españolas habían sido prevenidas de la acción militar norteamericana e incluso reconocer que tres aviones nodriza estadounidenses estacionados en la base conjunta hispano-norteamericana de Zaragoza se desplazaron al Reino Unido para permitir repostar en vuelo a los aviones que atacaron Libia.

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