Jornaleros andaluces

Durante la pasada campaña electoral, una de las críticas más certeras que recibió el PSOE consistió en que fue débil con los fuertes y fuerte con los débiles: así se explica que mientras se recortan las pensiones o se reconvierte "necesariamente" a los trabajadores, la banca obtiene los mayores beneficios de su historia.Ahora se está a punto de cometer otra gran injusticia contra los débiles, contra los desheredados, los parias de la tierra. Diego Cañamero, secretario del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), y varios cientos de jornaleros andaluces se encuentran procesados y van a ser próximamente encarcelados por el grave delito de ocupar tierras de los terratenientes, pidiendo trabajo 31 dignidad, pidiendo, en suma, que se haga realidad el precepto constitucional que establece la función social de la propiedad (artículo 33 de la Constitución española).

Mientras en Andalucía se está haciendo la reforma agraria (?) con leyes del franquismo y UCD, la legislación sigue estando de parte de los poderosos, y los jornaleros serán encarcelados por el terrible delito de estar varias horas en la tierra del cacique, a la espera de ser desalojados por la Guardia Civil. Es curioso además que se persiga tan cruentamente a los hombres y mujeres del SOC, cuando su lucha es uno de los escasos ejemplos de honradez y honestidad política en el conjunto del Estado, de vivencia auténtica de la democracia participativa.

Jean-Jacques Rousseau podría, por ejemplo, confrontar sus teorías con lo que se vive en Marinaleda, pueblo sevillano: no deja también de ser curioso que en esta localidad fuera de toda Andalucía donde mayor número de votos, proporcionalmente, se pronunciaran por la paz y la no integración en la OTAN.

En fin, es de esperar que el Gobierno socialista y obrero conceda el indulto a estos gandhianos jornaleros que delinquen contra el Estado y la propiedad por tener dignidad y reivindicar tierra, trabajo y libertad. Que Felipe y Guerra, andaluces de pro, no olviden que no sólo es terrorismo el de los del Norte, sino también la violencia del hambre, la miseria y la explotación que viven los del Sur.-