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Tribuna:ALTERNATIVA EN PARAGUAY / y 2
Tribuna
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La oposición democrática

José Antonio Martín Pallín

Entre los factores más positivos a la hora de conseguir la meta propuesta, un sistema democrático, el articulista señala el de' la unión de los partidos que se oponen al Partido Colorado oficial. El Partido Revolucionario Febrerista, el Partido Radical Auténtico, el Movimiento Popular Colorado -escisión del partido oficial- y el Partido Demócrata Cristiano firmaron en agosto de 1984 un acuerdo nacional que centra su acción en una serie de objetivos políticos, sociales y económicos y propone la profesionalización de las fuerzas armadas y la integración plena de Paraguay en la comunidad internacional.

Los partidos políticos que se oponen al Partido Colorado oficial inician la consolidación de un movimiento unitario que presente una alternativa a la actual situación política. La desunión y las acusaciones mutuas entre partidos venían siendo uno de los principales sostenes de la dictadura.Hace unos años, la dialéctica de los partidos en la oposición al régimen estaba cargada de reivindicaciones históricas con discutible visión del presente y ausencia total de horizontes y soluciones para el futuro. La situación ha evolucionado, y hoy cuatro partidos se agrupan en tomo a un acuerdo nacional culminado en agosto de 1984 bajo el lema La unidad nos hará libres. El Partido Revolucionario Febrerista, integrado en la órbita de la Internacional Socialista; el Partido Radical Auténtico, cuyo líder, Domingo Laino, ha sido duramente golpeado al intentar entrar pacíficamente en su país; el Movimiento Popular Colorado, escisión que desata la ira del coloradismo oficial, y el Partido Demócrata Cristiano, ofrecen al pueblo paraguayo el común propósito de instaurar un régimen que asegure la vigencia de los derechos humanos, el bienestar general y las libertades y garantías inherentes al sistema republicano democrático. El Acuerdo Nacional propone, entre otros puntos, la profesionalización de las fuerzas armadas y la integración plena de Paraguay en la comunidad internacional.

Las fuerzas armadas

Una de las claves en toda operación de tránsito a la democracia es la actitud de las fuerzas armadas. En esos momentos, la profesionalidad y neutralidad es un factor decisivo para procurar el cambio con un mínimo de contratiempos. Paradójicamente, la tradición partidista de los componentes de las fuerzas armadas paraguayas (para pertenecer a cualquiera de las escalas de mando es necesario estar afiliado al Partido Colorado) puede facilitar las cosas si la decisión política se toma en la cúpula del Partido Colorado o se impone por la presión política y social.

El estatuto del personal militar permite a los miembros de las fuerzas armadas participar en toda clase de actividades en la vida civil. Los militares pueden ser comerciantes, industriales, profesionales, banqueros, aseguradores y un largo etcétera, pero siempre con la autorización del comandante en jefe, es decir, el general Stroessner. El cúmulo de intereses que se han creado al margen de su función profesional les hace ser especialmente sensibles a las presiones o sugerencias de los sectores políticos o financieros.

El panorama que ofrece la libertad de expresión tiene características peculiares e inéditas si las comparamos con los momentos previos e inmediatamente subsiguientes al inicio de nuestra transición. Las críticas que pueden leerse en los diarios, la presencia de figuras de la oposición y la inserción de informaciones de agencias extranjeras pudieran desconcertar a primera vista sobre la verdadera dimensión de la libertad de prensa en Paraguay. La reacción de la dictadura es en este campo mucho más sutil y meditada que cuando actúa sobre otras libertades cívicas. La política oficial se centra prioritariamente en el dominio absoluto y sin concesiones de las dos cadenas de televisión.

Cuando un diario se alínea con las posiciones que propugnan el fin de la dictadura puede ser tolerado siempre que su difusión no alcance cotas peligrosas para el régimen. El caso de Abc Color es ilustrativo. Las dificultades comenzaron a partir del momento en que sus tiradas superaron - la cota de los 50.000 ejemplares. En este punto, el nerviosismo de las esferas oficiales se manifestó en forma de advertencias explícitas o de su gerencias veladas y en privado a los responsables del medio. Cuando la tirada de Abc Color llegó a los 90.000 ejemplares los fines de semana, la reacción del Ejecutivo no se hizo esperar. El día 22 de marzo de 1984, una resolución del ministro del Interior decide suspender por tiempo indeterminado la impresión y distribución del diario. Merece la pena reproducir los argumentos, centrales del ucase gubernamental: "Haber puesto en peligro la paz de la República y la estabilidad de las instituciones con la prédica diaria de opiniones de corte sedicioso, ya sea en sus editoriales o sirviendo de vocero permanente de grupos políticos irregulares, desprovistos de sustentos jurídicos e institucionales, promoviendo así un estado de confusión, de intranquilidad en la opinión pública y creando la alarma social".

Los límites de la crítica

Al desaparecer de la circulación Abc Color, los diarios en manos de sectores económicos y políticos ligados a los intereses del régimen vieron la oportunidad de aumentar su tonalidad crítica para atraer a la masa de lectores que demanda mayores cotas de libertad informativa. Los editoriales propugnan abiertamente soluciones políticas transformadoras.

Las críticas directas al general-presidente no están todavía en la mente o en la estrategia de los responsables de los dos periódicos actualmente con mayor circulación, El Diario y Hoy. Durante mi estancia -el día 14 de mayo-, el matutino Hoy publicaba un directo ataque al general Stroessner, acusándole de nepotismo. Manifesté mi sorpresa por su tono y contenido, y todos mis interlocutores coincidían en explicar tal licencia como un especial privilegio del director del medio, exyerno del general Stroessner y padre de su nieto predilecto, Alfredo, que aparece con frecuencia en los actos públicos al lado del dictador.

El vacío dejado por Abc Color y la demanda social de una información más abierta y pluralista que contribuya con sus críticas a forzar el cambio de régimen ha relanzado la tirada del semanario El Pueblo, órgano oficial del Partido Revolucionario Febrerista. Comentando con su redactor jefe los factores que han determinado la multiplicación de las ventas coincidíamos en apreciar que el Gobierno no permanecerá impasible ante el ascenso irresistible de un medio de la oposición integrada en al Acuerdo Nacional. Si la escalada continúa y se llega a la cota crítica (40.000 ejemplares), la reacción del Ejecutivo no se hará esperar, y nos encontraremos ante un nuevo caso de cierre por decisión imperativa del ministro del Interior.

Piratería radiofónica

Un caso original de persecución informativa es el de Radio Ñanduti. La participación abierta de todos los sectores políticos y sociales ante sus micrófonos ha suscitado una seria preocupación en' las esferas oficiales, incrementada por los últimos acontecimientos. El director, Humberto Rabín, ha ideado un. ingenioso estilo rediofónico para hacer frente a las descaradas interferencias que sufren sus emisiones sin que las autoridades paraguayas sean capaces de descubrirlas con sus servicios técnicos de telecomunicación. Parece como si los piratas de las ondas se hubiesen transmutado en corsarios amparados por el pabellón nacional.

Cualquier información de matiz político que roce la actualidad paraguaya es interferida por diversos procedimientos. Ultimamente la emisión se apaga, y sólo reaparece cuando se da paso a la publicidad comercial. El cerco policial a los locales de la emisora impidió una manifestación de apoyo el pasado 20 de mayo. La solidaridad de todos los sectores políticos y sociales fue. amplia.

En contrapunto, los diarios oficiales reiteran monocordemente eslóganes sacados del túnel del tiempo. Los opositores sólo merecen, en la literatura oficial, el desdén encendido, de los que se consideran la encarnación viva y exclusiva de la nación paraguaya. Fuera del coloradismo oficial sólo hay sujetos antipatria. Un párrafo de un comunicado del Partido Colorado hecho público el día 19 de mayo, a raíz de los últimos acontecimientos, repudia "la conducta de ciertos desertores que se han pasado a la vereda de enfrente para estigma vergonzoso de sus vidas, abandonando el itinerario de la República, con la conducción serena y eficaz de nuestro único líder, el general Adolfo Stroessner".

A pesar de estos juegos de artificio, el cambio político se avecina. La calidad ética de los ciudadanos que luchan por la democracia y demuestran su valor cívico al exponer públicamente sus convicciones merecen la solidaridad de todos los ciudadanos libres y la atención de las instituciones internacionales antes de que la tensión se acumule y se produzcan situaciones de violencia que nadie pueda controlar.

José Antonio Martín Pallín es fiscal, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos y miembro del Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía y la Democracia en Paraguay.

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