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España presenta y retira en el mismo día sus reservas al acuerdo agrícola entre EE UU y la CE para evitar una guerra comercial

IGNACIO CEMBRERO, España fórmuló el jueves una reserva sobire el acuerdo agrícola concluido el martes entre: EE UU y la Comunidad Europea (CE) por temor a que su aplicación lleve aparejada una fuerte alza del precio del maíz en la Península, pero acabó levantándola ese mismo día, según fuentes comunitarias.

A pesar de la declaración favorable al compromiso concluido el martes -hecha por el secretario de Estado Luis de Velasco-, el Ministerio de Comercio 37, en menor medida, el de Agricultura mostraban en Madrid fuertes resistencias a aceptar el acuerdo norteamericano-europeo, pero las mismas fuentes precisaron que el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, logró imponer su punto de vista, partidario de la aceptación.

El jefe de la diplomacia española hizo hincapié en que se trataba de un acuerdo político al que Madrid no podía sustraerse so pena de desencadenar por su culpa una guerra comercial entre: EE UU y la CE, sobre todo después de que Francia renunciase a su reserva sobre el pacto puesto a punto por la Administración norteamericana y la Comisión Europea.

Por este motivo, el representante español ante la CE, Carlos Westendorp, levantó las objeciones españolas en la reunión de embajadores de los doce celebrada el jueves en Bruselas a cambio de algunas concesiones formales, y el próximo lunes los ministros de Economía y Hacienda de la Comunidad se reunirán para dar su visto bueno definitivo al acuerdo.

El compromiso elaborado para compensar a Estados Unidos por la disminución de sus exportaciones de sorgo y maíz a España desde su ingreso en la CE, prevé que si el mercado español no absorbe mensualmente 234.000 toneladas de los dos cereales y tres sucedáneos, las cantidades que no sean colocadas en la Península serán adquiridas a través de un sistema de adjudicaciones por los demás países miembros de la Comunidad Europea.

La delegación española expresó el temor de que esa diferencia, estimada en 84.000 toneladas mensuales, importada en el Viejo Continente con una exacción reguladora por debajo del arancel intracomunitario, sea comprada a finales de año por sus socios europeos a un precio inferior al que España adquiera entonces el maíz francés. Este cereal, comprado hasta hace seis meses por los importadores nacionales sin abonar derechos de aduana, acabaría así siendo en España más caro que en el resto de la Comunidad.

Garantías comunitarias

La Comisión Europea, que negoció con Washington, aseguró a los representantes de Madrid que la exacción reguladora (gravamen) a la que serán sometidos a finales de año los cereales norteamericanos los situará a un precio prácticamente idéntico al de la producción europea.

El Ejecutivo europeo aceptó, no obstante, comprometerse a mantener a España puntualmente informada de la evolución del mercado cerealístico para que cuando se abra la veda en otoño a las exportaciones de maíz barato de EE UU no llegue tarde a la hora de abastecerse.

La delegación española se hizo eco, por otra parte, de los intereses de Argentina que vende anualmente a España maíz y sorgo por valor de 160 millones de dólares, y que se verá perjudicada por el acuerdo, porque al estar situada en el hemisferio sur no exportará ninguno de los cinco productos de la lista en el segundo semestre del año.

En este aspecto, los representantes españoles pidieron sin éxito que fuese agregada alguna de las producciones argentinas de cerea les de la primavera austral como los residuos de trigo. Sin embargo, sólo se obtuvo un reconocimiento de la necesidad de mantener las corrientes tradicionales del comercio agrícola, que difícilmente po dirán serlo entre Argentina y España si el elenco se amplía.

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