Pinochet y la libertad
En EL PAÍS de fecha 26 de junio de 1986 se informa que la Cámara ole Representantes norteamericana ha aprobado la participación del velero chileno Esmeralda en los actos conmemorativos del centenario de la estatua de la Libertad. Se añade que dicho velero fue el centro de tortura del régimen de Pinochet tras el golpe de Estado de 1973.Curiosa y paradójica noticia, por varios motivos. No deja de causar asombro que EE UU conmemore el centenario de una obra alegórica de la libertad, justo cuando en ese país la libertad o grado de acción y actuación racional deun ciudadano en cualquier orden social suele ser dirctamente proporciónal al montante de su cuenta corriente, como corresponde a una genuina democracia capitalista. Primer punto, primera paradoja.
Del suelto informativo se desprende que el Gobierno chileno solicitó participar en la conmemoración. Segundo punto, segunda paradoja.
Estados Unidos, que acostumbra autoproclamarse, por voz de su presidente, promotor y defensor de los valores democráticos en todo el mundo, acepta la participación del buque chileno. Tercer punto, tercera paradoja.
Como amante de la libertad, deseo contribuir al engrandecimiento de los actos a celebrar con una humilde propuesta. Que los actos se repitan en Chile y que, en señal de solidaridad, el Gobierno de EE UU regale al pueblo chileno una réplica de la estatua de la Libertad sustituyendo la cabeza origial por una que represente a la del señor Pinochet, y la antorcha, por una contundente, cachiporra, de ésas que utiliza la policía chilena para disolver las manifestaciones de "rojos y agitadores marxistas". Para mayor lucimiento podría colocarse frente al Palacio de la Moneda.
¡Je, je! No puedo por menos que esbozar una cínica y resignada sonrisa. Pinochet y Reagan, Reagan y Pinochet, los amantes de Teruel. Dios los cría y ellos se juntan.-
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