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La oposición chilena prepara una gran huelga general contra la dictadura de Pinochet

Una radioemisora de oposición transmite a todas horas los tonos marciales de esta canción: "El mañana de Chile en democracia: / nuevamente tendremos dignidad; / si todos estamos juntos, / la Demanda de Chile se impondrá". Es el himno de la Asamblea de la Civilidad, publicidad musical para reforzar el ánimo de la oposición antes de la huelga general del 2 y 3 de julio, que pretende ser la más amplia y completa desde el golpe militar de 1973 del general Pinochet.

El himno y un paro prolongado estudiantil, que se inició el 16 de junio y durará hasta el 3 de julio, son los preparativos más destacados de cara a la huelga general. El resto de las acciones -boicoteo a productos que auspician los noticiarios de televisión, acciones de "desagravio" llevando ayuda a las barriadas obreras allanadas por el Ejército y la suspensión de pago de mensualidades de viviendas y servicios básicos- no tienen una magnitud mensurable.La propia naturaleza de la Asamblea de la Civilidad inhibe otras acciones más visibles. La asamblea, la institución opositora que incluye el arco social más amplio alcanzado durante la dictadura, dejó libertad de acción a sus integrantes para determinar las fórmulas de preparación de la huelga. Bajo el alero de la asamblea se unen fuerzas tan heterogéneas como los comerciantes y camioneros que apoyaron el golpe militar efectuado por el general Ausgusto Pinochet en 1973, pobladores conducidos mayoritariamente por la izquierda, trabajadores organizados en dos centrales sindicales divergentes entre sí, profesionales empujados a las filas de la oposición por la política económica del. régimen y estudiantes agrupados a nivel nacional desde el año pasado.

Huelga estudiantil

Según los dirigentes de los estudiantes universitarios, entre un 70% y un 80% de los alumnos acató la llamada de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confec) al paro.Sobre ellos cayó con toda su energía la fuerza represiva de la dictadura. Facultades de las tres universidades santiaguinas fueron allanadas por la policía, apoyada por soldados de infantería del Ejército y por tanquetas. Centenares de alumnos fueron detenidos.

En la última semana, tres estudiantes fueron heridos por los disparos efectuados por la policía en los disturbios callejeros. Otros siete universitarios del Pedagógico fueron golpeados por un grupo de encapuchados mientras se hallaban detenidos en una comisaría de carabineros. Los jóvenes fueron trasladados después a un cuartel de la Central Nacional de Informaciones (CNI, la policía secreta del régimen), donde, según sus familiares, fueron sometidos a torturas e interrogatorios.

Diferencias tácticas

Entre los partidos de centro e izquierda existe un optimismo sobre el paro y diferencias de carácter táctico sobre cómo debe desarrollarse la protesta. En los recuentos previos anotan a su favor la formación de asambleas de la civilidad en 23 provincias, con sus propias peticiones locales en apoyo a la huelga general, y el acuerdo alcanzado en los gremios de trabajadores, camioneros, comerciantes, profesionales y estudiantes que apoyan esta acción. Pero también existen graves discrepancias: mientras la Democracia Cristiana considera la huelga general como un acto "de advertencia" y sólo por dos días, el Partido Comunista prepara a sus bases para prolongarla, si es posible.La última carta preparatoria la jugará la Asamblea de la Civilidad con la entrega de su pliego reivindicativo -la Demanda de Chile a la junta de Gobierno para informar a las fuerzas armadas.

Por su parte, el Gobierno del general Pinochet también baraja sus naipes. En medio del paro estudiantil, las clases fueron suspendidas en la mayoría de las facultades universitarias y liceos secundarios con el pretexto de la falta de agua potable ocasionada por un reciente temporal.

Consultado sobre la movilización de julio, el general Augusto Pinochet dijo que "es otra bravata más". A pesar de esta descalificación, la dictadura prepara sus fuerzas como si se hallara ante una próxima batalla. La presencia de tropas en Santiago es una demostración de poder, y la vuelta a los allanamientos, una forma de conocer la voluntad y organización de sus enemigos. La Prensa partidaria del régimen ignora el paro, y en la televisión un anuncio publicitario dice a las familias: "Que ninguna asamblea destruya el futuro de tus hijos".

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