Descubierto un fraude de 20.000 millones en la venta de jamones con marchamos falsos

Funcionarios del grupo de estafas de la policía de Sevilla han desarticulado una banda de presuntos falsificadores de marchamos de jamones y paletillas serranos y ha detenido a seis personas que, según fuentes policiales, pueden haber realizado desde 1983 un fraude que totalizaría una cifra próxima a los 20.000 millones de pesetas. El fraude consiste en la venta ilegal de aproximadamente 1.700.700 jamones sin el abono de los preceptivos derechos a Hacienda y sin haber pasado reconocimiento sanitario-veterinario.

La falsificación de los marchamos se realizaba en una industria ubicada en la localidad de Anglés (Gerona) y en la operación estaban implicadas otras dos empresas de Barcelona. En Sevilla han sido detenidos el presunto distribuidor -de los marchamos falsos y uno de sus socios -N. O. G., de 27 años, y J. P. V., de 40-, a los que se ocuparon 63.000 precintos falsificados. Mientras tanto, en Bercelona y Gerona se detenía a los presuntos autores de las falsificaciones: M. B. P., de 56 años; J. C. B., de 53; R. C. B., de 58 y J. C. B., de 62. Este último, según fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalucía, era el mecánico encargado de la fabricación de los marchamos. Estos cuatro supuestos falsificadores ya fueron detenidos el pasado 11 de junio en Barcelona, en relación con este caso, y prestaron declaración ante la policía. Posteriormente, fueron puestos en libertad y no pasaron a disposición judicial, según informaciones de su abogado defensor. Los funcionarios que han realizado la investigación habían detectado en la industria de Anglés un ritmo de fabricación mucho más elevado que el habitual en los últimos 15 días.Las investigaciones, que han concluido en la descarticulación de la red de falsificadores, se iniciaron el pasado mes de febrero en Huelva, tras detectarse en aquella provincia 18 casos de botulismo leve, originados por el consumo de jamones y paletillas que no habían pasado el preceptivo reconocimiento sanitario. Estos jamones llevaban en el marchamo la inscripción SA3434 y eran originarios de Salamanca, aunque habían sido curados en la localidad onubense de Cumbres Mayores. La investigación fue ordenada por la Delegación del Gobierno en Andalucía tras inspecciones efectuadas por funcionarios de la Consejería de Salud y Consumo, de la Junta, y se centró en una persona natural de esa localidad que realizaba frecuentes viajes a Barcelona. Allí entraba en contacto con dos empresas catalanas distribuidoras de jamones, informa desde Huelva Juan Carlos Álvaro. En relación con estos hechos, un juzgado de Huelva había abierto diligencias por un presunto delito contra la salud y por otro de falsificación.

Delito contra la salud

Fuentes policiales han insistido en conceder mayor importancia al delito contra la salud que supone la distribución en el marcado de productos chacineros sin los necesarios controles sanitarios, que al presunto fraude fiscal que se haya podido producir. Por su parte, fuentes de la Consejería de Salud señalaron que la comercialización de jamones sin los preceptivos controles sanitarios podría haber originado una catástrofe de consecuencias incalculables, dado que el botulismo grave presenta un índice de mortandad superior al 80%.En España existe una única empresa autorizada para la fabricación de los marchamos que obligatoriamente deben de llevar este tipo de productos. Los fabricantes de chacinas al adquirir el marchamo se ven obligados a someter el producto a reconocimiento sanitario. La policía ha ocupado en Barcelona y Gerona la máquina y los troqueles utilizados para falsificar los marchamos con los que se consiguió falsificaciones de gran calidad. Según la Delegación del Gobierno en Andalucía en los hechos pueden estar implicados industriales de diferentes provincias españolas y otras fuentes. estiman la posibilidad de que sean más de 30 los mataderos relacionados con el asunto.