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La ocultación de la fuga radiactiva en una planta de la RFA encrespa a los ecologistas y a la opinión pública

El escape de gas radiactivo ocurrido el pasado 4 de mayo en el reactor de alta temperatura (THTR-300) de la central nuclear de Hamm-Uentrop ha provocado una fuerte controversia entre la compañía propietaria de las instalaciones y el Gobierno socialdemócrata del Estado de Renania-Westfalia. Este escape de polvo de grafito radiactivo pocos días después de la catástrofe en la central nuclear soviética de Chernobil, y el hecho de que la compañía intentara, como asegura el Gobierno del Estado, ocultar el incidente a la opinión pública han encrespado aun más los ánimos de los adversarios de la energía nuclear en la República Federal de Alemania (RFA). Ayer se formó ante la central afectada una manifestación espontánea de agricultores que pedían el cierre de las instalaciones.

El reactor afectado por el escape está parado desde el domingo. La compañía propietaria de la central, la HKG, filial de la empresa, eléctrica VEW, puso ese mismo día de nuevo en funcionamiento el reactor, tras realizar lo que calificó de "inspección rutinaria". No obstante, a primera hora de la noche, apenas dos horas después de entrar en funcionamiento, el reactor volvió a ser desconectado por intervención del Ministerio de Economía de Renania-Westfalia, bajo cuya supervisión funcionan las centrales.El titular del ministerio, Reimut Jochimsen, y la compañía eléctrica se han enzarzado en una dura polémica en torno a la obligación de comunicar a las autoridades incidentes de este tipo. El ministro acusó a la HKG de ocultar deliberadamente el incidente durante días, incumpliendo el precepto de informar de inmediato sobre cualquier contratiempo con resultado de un escape previsto de radiactividad. El ministro reiteró que no excluye que sea retirado definitivamente a la compañía el derecho de explotación de la central.

El escape de gas radiactivo había sido detectado por los institutos de investigación de Friburgo y Darmstadt cuando estudiaban los efectos en territorio de la RFA de la nube radiactiva procedente de la central nuclear siniestrada de Chernobil. Las mediciones en las cercanías de la central de Hamm-Uentrop habían determinado niveles de radiactividad de 50.000 becquerelios, 100 veces superiores al nivel habitual. Según el Instituto Ecológico de Friburgo, cerca del 70% de la radiactividad detectada allí no procedía de Chernobil, sino de la central vecina.

"Acusaciones denigrantes"

La compañía propietaria de la central criticó ayer con dureza al ministro de Economía de Renania-Westfalia y amenazó con acudir a los tribunales si éste no cesa "sus acusaciones públicas denigrantes contra la dirección y la plantilla del reactor". Según la compañía, el ministro socialdemócrata ha hecho afirmaciones que perjudican a la empresa, sin haberse preocupado antes por acceder a la información necesaria en relación con este incidente. La HKG advirtió ayer expresamente que el reactor había sido desconectado de nuevo el domingo por la noche, por acuerdo entre el presidente de la compañia eléctrica VEW y el ministro. El ministro no presentó una orden para que parara el funcionarniento, ya que, según la compañía, tampoco tiene competencia jurídica para ello.Añadieron fuentes de la HKG que, pese a que el escape fue mínimo y no obligaba a comunicarlo a las autoridades, el 8 de mayo, cuatro días después del incidente, la dirección de la central se puso en contacto telefónico con el Ministerio de Economía de Düsseldorf e informó al respecto.

Los días 15 y 22, la empresa envió informes escritos al ministerio. Según sus datos, el escape sólo supuso un aumento de una décima de becquerelio por metro cuadrado en la zona de las instalaciones.

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Según un portavoz de la empresa, el Gobierno socialdemócrata de Renania-Westfalia está aprovechando el incidente de Hamm-Uentrop para ceder a las presiones políticas de aquellos que desde siempre han propugnado el cierre de esta central.

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