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El debate sobre los acuerdos de armas estratégicas divide en Halifax a los países de la Alianza Atlántica

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Los aliados presionan sobre Washington para que respete los tratados SALT II

Según informó en conferencia de prensa el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, la reunión primaveral del Consejo Atlántico ha sido viva, formal y directa", dando amplio margen al debate. Entre los temas de: discusión, el ministro español señaló la exposición hecha por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, sobre los acuerdos SALT-II, a los que calificó de "obsoletos". Shultz volvió a utilizar este calificativo en un encuentro con periodistas y reconoció que la "franqueza" del encuentro revelaba disensiones entre EE UU y sus aliados.El debate sobre los SALT-II tomó nuevo impulso después de que, el pasado martes, el presidente estadounidense, Ronald Reagan, mostrara su disposición a dotar con misiles de crucero a aviones bombardeos 13-52 antes de fin de año, saltándose así los acuerdos SALT-II firmados en 1979 por los entonces presidentes de EE UU y la URSS, Jimmy Carter y Leonid Breznev. Estos acuerdos, aunque nunca llegaron a ser sancionados por el Senado norteamericano, habían sido respetados hasta el momento por EE UU.

Durante la reunión del Consejo Atlántico, varios países han insistido a Estados Unidos para que reconsidere su postura. Canadá, el Reine, Unido, la República Federal de Alemania y Francia, entre otros., han defendido la tesis de tratar de mantener vivos los acuerdos SALT-II. Según Fernández Ordóñez, Shultz ha sido receptivo a estos puntos de vista, considerando que "no hay que precipitar el certificado de definición de los acuerdos SAIT-II".

El otro tema de debate fue el de la necesidad de crear un sistema de consultas para las actuaciones que los aliados preparen fuera del ámbito marcado por el Tratado de Washington. La preocupación aliada a este respecto venía motivada por la decisión estadounidense: de atacar Libia sin que mediara ninguna información previa a los demás países de la OTAN. Según el ministro español, Shultz ha comprendido que el asunto ha creado roces entre los aliados y ha tomado "buena nota".

González y Gorbachov

Una tercera reunión restringida de los ministros de Exteriores de los 16 países de la OTAN cerró ayer por la mañana el segundo y último día de la sesión ministerial de Halifax. En esta última sesión, Fernández Ordóñez informó sobre las conversaciones que el presidente del Gobierno español, Felipe González, mantuvo la semana pasada en la URS S con el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Mijail Gorbachov, y con el presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Nikolai Rishkov.

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Tras esta tercera reunión, el Consejo Atlántico hizo público un comunicado -el primero que suscribe España desde la Regada del PSOE al poder- en el que mostraba su preocupación por "el desequilibrio de las fuerzas convencionales en Europa, así como por la modernización y el reforzamiento constantes de la potencia militar soviética en todos sus componentes". "A fin de preservar la paz y prevenir la guerra bajo todas sus formas", agregaba, "mantendremos la estrategia de disuasión de la Alianza".

El Consejo Atlántico expresaba también el apoyo de los aliados a EE UU en sus esfuerzos por lograr amplios márgenes de reducción en las fuerzas nucleares propias y soviéticas. El comunicado afirmaba la disposición de la OTAN a concluir un tratado que elimine totalmente las armas químicas.

El comunicado final de la sesión ministerial de la OTAN reclamaba respuestas constructivas soviéticas y del Pacto de Varsovia en los diferentes foros de negociación en los que se mantiene abierto el diálogo Este-Oeste. "Estamos dispuestos a aceptar", decía por otra parte, sobre la base de una entera reciprocidad, medidas muy completas de verificación, incluyendo entre ellas las inspecciones sistemáticas sobre el terreno".

Por lo que respecta al terrorismo, el comunicado de Halifax se limitaba a mostrar su "grave preocupación" y llamaba a "una más estrecha cooperación internacional". En ningún caso se hacía alusión directa alguna a Libia.

Paralelamente a la publicación de este comunicado, se daba a conocer una declaración en la que el Consejo Atlántico se pronunciaba a favor de controlar el volumen de los arsenales de armas convencionales en Europa., "Con el fin de: alcanzar este objetivo lo más rápidamente posible", decía la declaración, "hemos decidido instituir un grupo de trabajo a alto nivel".

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