Los aliados presionan sobre Washington para que respete los tratados SALT II
Los aliados de Estados Unidos en el seno de la OTAN reaccionaron ayer y se movilizaron de inmediato para tratar de convencer a Washington de que no cumpla las amenazas lanzadas el pasado martes por el presidente estadounidense, Ronald Reagan, de dejar de respetar hacia finales de este año los acuerdos SALT II, sobre limitación de armamentos estratégicos, en el supuesto de que la URSS continúe violándolos.
El primer ministro canadiense, Brian Mulroney, afirmó que esta actitud no contará con el apoyo de los países de la OTAN".
Él secretario de Estado norteamericano, George Shultz, informó el jueves de esta nueva posición estadounidense a los ministros de Exteriores de los 15 países restantes de la OTAN. Sus comentarios provocaron muestras de inquietud y hostilidad entre los aliados europeos, según se afirmaba ayer en medios diplomáticos de Bruselas.
Londres y Bonn ya habían comunicado a EEUU su deseo de que Washington respete los límites de este acuerdo que los aliados consideran como el símbolo de la política de diálogo y de reducción de las tensiones Este-Oeste.
La posición europea se explica por el temor de que el abandono por parte de EE UU del compromiso tácito de respetar los SALT II (que no fueron ratificados por el Congreso y expiraron el año pasado) conduzca a una ruptura del equilibrio nuclear y a una carrera armamentista descontrolada, principalmente en el espacio.
Por otra parte, las dos potencias nucleares europeas, Francia y el Reino Unido, se benefician de estos acuerdos soviético-norteamericanos porque sus arsenales no están incluidos en ellos y se ven favorecidos por las limitaciones previstas para los sistemas defensivos.