Un ambicioso 'Prado del siglo XX'
La polémica precede a la inauguración del Centro de Arte Reina Sofía, prevista para el 26 de mayo
El Centro de Arte Reina Sofía abrirá parcialmente sus puertas el lunes 26 de mayo, día de san Felipe Neri. Se inaugurarán tres exposiciones y el 27% de los 20.000 metros cuadrados útiles que tiene el centro.Desde 1980 hasta ahora, el Ministerio de Cultura ha invertido 1.457 millones de pesetas.Para algunos,el Reina Sofía puede convertirse en el Prado del siglo XX. Para otros, es una gran jaula de oro sin contenido concreto que se abre al público sin que se le haya dado configuración administrativa y sin director.
El recientemente bautizado como Centro de Arte Reina Sofía, Hospital General de Hombres hasta 1965, está situado en la glorieta de Atocha, en las inmediaciones del enclave museístico formado por el Prado, palacio de Villahermosa y Casón del Buen Retiro. Construido en el siglo XVIII bajo la dirección de José de Hermosilla y Francisco de Sabatint, el edificio cuenta con 40.000 metros Cuadrados, la mitad de ellos útiles, que se encuentran distribuidos en seis plantas que rodean a un jardín de 4.800 metros. La propiedad del edificio fue transferida al Ministerio de Cultura a mediados de la década de los setenta, y en 1979, el arquitecto Antonio Fernández Alba, actual director general del Instituto de Conservación y Restauración del Patrimonio Histórico Artístico, recibió el encargo de restaurar el edificio. En aquellos momentos, el centro iba a ser destinado para servicios culturales de Madrid, en la línea de lo que actualmente desempeñan el Centro Cultural Conde Duque o el Centro Cultural de la Villa de Madrid. El Reina Sofía, conocido popularmente como Sofidú, acogería los museos de, Reproducciones Artísticas, del Pueblo Español, salas de la Biblioteca Nacional, Museo Español de Arte Contemporáneo, centro de investigación, videoteca, fonoteca y filmoteca. En función de este esquema prosiguieron las obras, seguidas con gran interés en círculos artísticos. A finales del pasado año, en el mes de noviembre, aunque no se hablaba de fechas concretas, fuentes del Ministerio de Cultura no daban como posible la inauguración, incluso parcial, hasta finales de 1986. Para entonces, el plan de usos inicial había sido desestimado, y desde la Subsecretaría del Ministerio de Cultura se organizaba un nuevo esquema para la utilización del centro. Los museos del Pueblo Español y de Reproducciones no irían en él. El edificio quedaría conformado en torno a seis grandes áreas: galerías de arte del siglo XX (arte moderno, arte actual, salas de exposiciones Ruiz Picasso), departamento de diseño centro de difusión para la música contemporánea, centro de documentación y departamento de programas educativos. La decisión de trasladar el MEAC queda pospuesta para después del verano según afirma Carmen Bueno, asesora del ministro de Cultura. Pese a que el traslado del MEAC parecía descartado el pasado año, hasta el punto de que Cultura gastó 180 millones de pesetas en obras de acondicionamiento y adquisiciones, parece que su colección permanente y las grandes exposiciones pasarán al Reina Sofía. Dionisio Hernández Gil, director general de Bellas Artes _que advierte que está al margen de este proyecto_, cree que el MEAC quedará convertido, en un almacén con pequeñas exposiciones, ya que el Reina Sofia, pese a sus dimensiones, carece de un lugar para almacenamiento de pintura o escultura. En función de estos últimos planes, el próximo día 26 se abre parte de las plantas sótano y primera del centro: librería, cafetería, salas de protocolo y prensa y salas Ruiz Picasso. En ellas se abren tres exposiciones: Referencias e identidades (con obras de Baselitz, Chillida, Antonio Saura, Twornbly, Tápies y Richard Serra), Procesos, cultura y nuevas tecnologías (se presentan las nuevas tecnologías al servicio del arte y la cultura) y Espacios para la cultura (a base de planos, se muestran intervenciones arquitectónicas realizadas por el Ministerio de Cultura). La puesta en marcha de estas exposiciones y el adelanto de la inauguración han supuesto que la empresa Dragadós, encargada de las obras, haya triplicado su actividad en el edificio, hasta el punto de que actualmente trabajan en él 300 operarios.
Adornos
Antonio Fernández Alba se considera desvinculado de las obras que se realizan para el uso final del edificio, y afirma que él no ha participado en nada del trabajo que actualmente realiza el equipo de 14 arquitectos y diseñadores que coordina José Manuel Moreno Alegre, asesor del ministro de Cultura. "No hay nada más absurdo que adornar la belleza", opina Fernández Alba, que considera que un mobiliario adecuado con el centro hubiera sido suficiente. "No sé en qué quedará finalmente esto, pero espero que no resulte como una jaula de oro sin nada dentro". Los arquitectos y diseñadores que trabajan sobre distintos aspectos del centro son Federico Correa, Alfons Milá (encargados de cafetería y restaurante), Jaume Bach y Gabriel Mora (salón de actos), Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña (librería), Miguel Milá (sala de autoridades), Javier Feduchi y Javier Vallés (zona de oficinas), Jerónimo Júnquera y Estanislao Pérez Pita (biblioteca y centro de documentación), Zimermann (señalización), André Ricard (decoración de interiores) y Xavier Vallverdú (imagen gráfica). - Carmen Bueno y Moreno Alegre aseguran que, por el momento, Cultura no nombrará un director para el centro ni se le dará configuración administrativa, y que éste seguirá dependiendo directamente de la subsecretaría. Del nombramiento del director depende el organigrama de encargados de cada una de las distintas áreas de este centro artístico. El día 26, el centro abrirá con un equipo de personal contratado que está recibiendo un cursillo de especialización en estos días: 25 vigilantes, 10 operadores de consola de seguridad, 6 telefonistas y un equipo de mantenimiento.
Ayuda privada
Respecto al mantenimiento económico del centro, Carmen Bueno asegura que no se ha hecho un estudio detallado, aunque la intención de la subsecretaría es que el Reina Sofía pueda funcionar con colaboración de la iniciativa privada. "La actitud demostrada por las empresas privadas en el caso de la Marquesa de Santa Cruz nos ha dado ánimos para pensar que esta colaboración se puede extender a este centro, aunque, por supuesto, el ministerio tendrá que promover contrapartidas fiscales para los que colaboren". Otra de las decisiones que podrían adoptarse a última hora, aunque Carmen Bueno cree que es un tema para septiembre, es el traslado del Guernica, de Pablo Picasso, desde el Casón del Buen Retiro al Reina Sofía, para ser exhibido y servir de arranque al arte del siglo XX. Sin embargo, éste sería un tema que exige negociación con la familia Picasso y con el Museo del Prado. El criterio para el conjunto del edificio es que sea un centro de arte internacional cuyas muestras puedan ser intercambiables con las, que se organizan en otros centros de características similares de todo el mundo. Paralelamente a estas exposiciones, se organizarán actividades y cursillos cuyo contenido esté conectado con las últimas manifestaciones artísticas nacionales e internacionales. En este sentido, se pretende que el futuro centro de documentación desempeñe un importante papel, ya que en él se podrán encontrar libros y publicaciones periódicas sobre arte contemporáneo, grabaciones sonoras de interés artístico o vídeos, fotografías y diapositivas. Las obras de los interiores recuperados por Antonio Fernández Alba seguirán realizándose en función de estos objetivos, si bien la fecha definitiva de su terminación no está prevista.
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