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Iodo radiactivo en 12 muestras de orina humana en Barcelona

Eduard Rodríguez Farré, de 45 años, médico investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona, ha detectado iodo radioactivo en la orina de 12 personas, entre ellas la suya propia, según informó ayer a este diario el propio investigador. Rodríguez Farré, que pertenece al Comité Asesor de Investigaciones en Medicina y Salud de la Comunidad Europea y es director del Plan Movilizador de Toxicolgía, inició su investigación el domingo pasado tras la detección, en la lluvia caída en Barcelona el sábado de iodo radiactivo 131, procedente del la central de Chernobil.

Eduardo González, médico y consejero del Consejo de Seguridad Nuclear, mostró dudas respecto a que la radiactividad hallada sea significativa y subrayó que la vida media del iodo radiactivo es muy corta, por lo cual a los ocho días pierde la mitad de su potencial.

Los efectos inmediatos de esta presencia de radiactividad en la orina humana procedente del agua de lluvia son despreciables, precisó Rodríguez Farré, si bien sus efectos a medio y largo plazos sobre el tiroides humano, glándula oncológicamente sensible que fija el iodo, podrían ser apreciables. El agua de lluvia es la que por su caída al suelo penetra en las cadenas de alimentación humanas y animales.

Producto de fisión nuclear

El lodo 131 es un producto artificial, que procede de la fisión nuclear y no se encuentra nunca en agua de lluvia normal. Las proporciones de radiactividad detectadas en el agua de lluvia por el doctor Rodríguez Farré son 10 veces superiores a las halladas ante muestras de agua de lluvia en situaciones normales. La radiactividad en el aire, según informó ayer la Generalitat de Cataluña, presenta índices 580 veces inferiores a los niveles internacionalmente considerados peligrosos.

Rodríguez Farré matizó que las proporciones detectadas por él en la lluvia fueron de alrededor de 1.000 becquerelios de radiactividad por litro de agua examinada, de los cuales unos dos tercios, aproximadamente, corresponden al isótopo radiactivo lodo 131. El agua de lluvia normal, que contiene materiales radiactivos pero nunca Iodo 131, que es un producto de fisión nuclear, presenta proporciones de entre 100 y 150 becquerelios de radiación por litro. Las personas cuya orina ha sido examinada, entre las que figuran dos niños y el propio Rodríguez Farré, pertenecen a los barrios de Sants, Gràcia y Ensanche, entre otras zonas barcelonesas.

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Rodríguez Farré realizó sus trabajos mediante procedimientos de análisis de radiactividad total y espectrometría de centelleo líquido. El médico catalán subrayó que las proporciones de radiactividad total en el aire, que aumentaron el viernes y el sábado, son ligeramente superiores, entre un 20 y un 30 por ciento, a la media normal, sin peligrosidad. La Generalitat de Cataluña emitió ayer un comunicado en el cual destacaba que los índices de radiactividad de lodo 131 en el aire de Barcelona son 580 veces inferiores a los que la Comisión Internacional de Protección Radiológica considera peligrosos.

Para el médico catalán, hay lugar a la adopción de medidas de cautela en España.

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