El PSOE destaca entre sus logros el alejamiento del fantasma del golpismo y una economía saneada
Portavoces del Gobierno, tres años y seis meses después de que éste iniciase su mandato, basan la gestión del equipo socialista de Felipe González en un triple vértice: estabilidad democrática, alejando el fantasma del golpismo; integración del país en las estructuras europeas y occidentales, y saneamiento de las estructuras económicas. El Gobierno tan sólo se permite una autocrítica: no ha visto cumplidas sus previsiones sobre reducción del nivel de desempleo.
Por lo demás, Felipe González cumplió su propósito de batir un nuevo récord al hacer durar una legislatura más que ninguno de sus antecesores: cuando, el próximo 22 de junio, se celebren las elecciones legislativas, las Cámaras habrán permanecido abiertas durante tres años y medio consecutivos: "Una prueba más de que hemos gobernado sin sobresaltos", comentó ayer un alto cargo de la Administración.El 3 de diciembre de 1982 tomaba posesión el equipo gubernamental presidido por Felipe González, un Ejecutivo respaldado por el mayor número de votos que jamás hubiera cosechado una formación política española desde la reinstauración de la democracia. Era, también, el primer Gobierno socialista en España desde hacía casi medio siglo. Un Gobierno que prometía ejercer su mandato con firmeza y que, para demostrarlo, el 23 de febrero de 1983, apenas dos meses y medio después de haber tomado posesión, expropiaba las empresas del holding Rumasa.
Los socialistas se propusieron, según sus declaraciones programáticas, la modernización de sectores claves de la sociedad española: Educación, Fuerzas Armadas, Sanidad, Poder Judicial, Administración Pública, Información. En este último campo, el PSOE registró un importante viraje respecto de los planteamientos con los que concurrió a elecciones anteriores a las de 1982, dado que entonces se mostraba partidario de un reforzamiento de los medios públicos de difusión y contra la existencia de la televisión privada (todavía a comienzos de la actual legislatura, un diputado socialista defendía en el Parlamento la existencia de una única televisión, pública).
En general, cada uno de los pasos de los socialistas para impulsar esta modernización en cada uno de los sectores citados supuso no pocas tensiones con los afectados, a los que el Ejecutivo contestaba con acusaciones de "corporativismo".
Entre los ambiciosos planes del PSOE se encontraba también, según las declaraciones programáticas del Gobierno, "impulsar el Estado de las autonomías". Pero fue precisamente en el campo autonómico donde los socialistas cosecharon su único revés completo ante el Tribunal Constitucional, que anuló total o parcialmente 14 de los 38 artículos del proyecto de ley orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), texto al que además negó su caracter de ley orgánica y armonizadora.
Paralelamente, los conflictos con los presidentes de los Gobiernos autonómicos vasco y catalán Carlos Garaikoetxea y Jordi Pujol, respectivamente, se convertían en una constante, sólo superada en el primer caso con la sustitución de Garaikoetxea por José Antonio Ardanza, con quien los socialistas de Euskadi concluyeron un pacto de legislatura.
Felipe González retrasó hasta fechas claramente preelectorales -el próximo día 24, cuando, según las promesas del propio Gobierno, tendría que haberse celebrado a mediados del pasado mes de enero- la convocatoria de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera que estudiará la financiación definitiva de las autonomías.
El presidente trata, según dijeron medios de La Moncloa, de "cerrar cualquier tema conflictivo" con las autonomías antes de celebrar las elecciones legislativas. Este sentido tendría el aplazamiento de las elecciones al Parlamento Europeo: el borrador del proyecto de ley que las regulaba era combatido por nacionalistas vascos y catalanes, que no admiten el sistema de circunscripción única; ahora, estas elecciones se harán coincidir con las autonómicas y municipales de mayo de 1987.
Entre los récords batidos por Felipe González durante su mandato se encuentra también la pervivencia de sus equipos: postergó el estallido de su primera -y unica- crisis ministerial hasta julio de 1985, con lo que pudo afirmar, orgullosamente, que el suyo había sido el Gobierno más duradero de Europa.
La sustitución de Miguel Boyer por Carlos Solchaga al frente del departamento de Economía y Hacienda no significó ningún cambio de rumbo sobre los planteamientos anteriores -"neoliberales", según los dirigentes de la Unión General.de Trabajadores-; de la misma manera, el cambio de Fernando Morán por Francisco Fernández Ordóñez significó tan sólo "una nueva imagen" y una aceleración, pero no una variación, en el rumbo europeísta y atlantista ¡nicialmente marcado.
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