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GUERRA EN EL MEDITERRÁNEO

Intercambio de disparos en torno a la residencia de Gaddafi

La ciudad de Trípoli vuelve a recuperar su vida normal, aunque sólo en horas diurnas, y se ha reanudado la actividad comercial y laboral, suspendida en las últimas 24 horas a consecuencia del bombardeo efectuado por aviones FB-111 de la fuerza aérea norteamericana, que destruyeron objetivos en la zona de Ben Ashur, Bab el Azizya y el aeropuerto de la ciudad. Sin embargo, esta normalidad es muy precaria, y a las dos de la tarde de ayer se produjo un intercambio de disparos en torno a la fortaleza de Bab el Azizya, residencia del coronel Muammar el Gaddafi.

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Un grupo de periodistas extranjeros fue testigo de excepción de este incidente. Los informadores habían sido trasladados en autobús, junto con funcionarios del Ministerio de Información, hasta la fortaleza-residencia de Gaddafi. Al llegar a sus inmediaciones se escucharon unos disparos, que fueron contestados por otros realizados desde lo alto del muro por los centinelas. Un puñado de soldados salió del recinto a la carrera, como huyendo de los disparos que parecían producirse en el interior. En el trayecto pudo verse a miembros de los comités revolucionarios, de paisano y armados, correr hacia la residencia del líder libio.

Especulaciones

Algunos periodistas, especialmente los norteamericanos, especularon en sus crónicas transmitidas en directo para la televisión con la posibilidad de que se estuviera produciendo un intento de golpe de Estado o una rebelión militar, pues los tiroteos se repitieron a las 14.30, pero este extremo fue desmentido más tarde por el Ministerio de Información.El secretario (ministro) de Información libio, Mohamed Sharat Eddinn, aseguró a las 18.45 de ayer que el coronel Gaddafi se encuentra perfectamente y que con trola la situación. Sharat Eddinn aseguró que las detonaciones y los cañonazos que se registraron a las 13.58 horas de ayer en Trípoli fueron consecuencia de la presencia de aviones militares norteamericanos. Trípoli volvió anoche, por tercera vez consecutiva, a sufrir un fuerte apagón que dejó a oscuras toda la ciudad.

El pánico persiste entre la población y la posibilidad de que se pueda repetir un ataque aéreo corre de boca en boca. Los periodistas extranjeros se encuentran recluidos en el hotel sin posibilidad alguna de salir a la calle, como ocurrió durante toda la mañana hasta que se preparó el referido viaje en autobús. La agencia de noticias Jana informó que se había abierto de nuevo el aeropuerto tras prácticamente día y medio cerrado, si bien la noticia no era aún fiable, ya que los testimonios y datos aportados por este medio de información oficial libio crean a veces una gran confusión y dudas, como ocurrió el día anterior al anunciar que la artillería antiaérea local había derribado 20 aviones norteamericanos, cifra superior a las unidades que participaron en el bombardeo. [La compañía aérea alemana occidental Lufthansa manifestó que el aeropuerto de Trípoli y el espacio aéreo libio estaban cerrados.]

El nerviosismo es algo patente en la ciudad. Esto se pudo comprobar en la noche del martes, justamente cuando a los periodistas -unos 200, en su mayoría norteamericanos- se les cerraban los únicos canales de comunicación con el exterior, y sólo una línea de teléfono, la de la Embajada de España en la capital, permitía mantener una conexión periódica con Madrid. Los informadores, recluidos forzosamente en el hotel, no pueden transitar de noche por las calles y menos desplazarse a la Embajada de España, situada a menos de 30 metros del hotel.

Sobre las nueve de la noche del martes, cuando el pequeño cuarto del télex del hotel (tres máquinas transmisoras para 200 periodistas) se convertía en un centro de rumores y contrarrumores sobre otro eventual bombardeo, comenzaron a sonar varias detonaciones seguidas de una respuesta fulminante de las baterías antiaéreas de la ciudad. Todo el mundo creyó en ese momento en un nuevo bombardeo, pero luego se supo que era una falsa alarma o tal vez un ensayo del propio Ejército libio en previsión de futuros ataques, máxime cuando las noticias que corrían de boca en boca por la ciudad se centraban exclusivamente en que se esperaba una nueva respuesta contra el régimen del coronel Gaddafi por sus represalias contra la base italiana de Lampedusa.

Noche en vela

Este supuesto ensayo del Ejército libio duró hora y media y provocó el pánico entre la población. Algunos de los pocos clientes todavía alojados en el hotel Al Kabir, que no han encontrado refugio en sus embajadas o en casas particulares, buscaban protección en los sótanos o se apostaban en los pasillos provistos de mantas, e incluso, como en el caso de los componentes de una delegación de hombres de negocios de Gabón, se quedaban agachados en un rincón.La artillería antiaérea entró una segunda vez en acción a la 1.30 del miércoles, pero sólo durante 10 minutos. Las bengalas cubrían prácticamente todo el cielo despejado y cubierto de estrellas de Trípoli, y las detonaciones hicieron temblar algunos edificios. Todo acabó a esa hora, y los libios pudieron retirarse a esperar el amanecer, aunque sumidos en la intranquilidad y el pánico, y sin dormir.

La noticia que más ha alertado a la población en las últimas horas fue el estado de salud de la familia del líder libio, Muammar el Gaddafi, cuya pequeña hija adoptiva, Hana, de 16 meses, resultó muerta. El coronel se encuentra sano y salvo, aunque permanece en un lugar desconocido de Trípoli, y sólo ha mantenido, al menos que se sepa públicamente, dos encuentros con el embajador soviético, a quien trasladó un mensaje desconocido dirigido al secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, el martes, y de quien recibió un mensaje de respuesta ayer en el que el líder soviético le "expresa la actitud de la Unión Soviética ante la agresión estadounidense", según la agencia Jana. La mujer de Gaddafi, Sasiya Senussi, continúa bajo un choque nervioso en un hospital de Trípoli, y los dos de sus siete hijos que resultaron heridos de gravedad siguen sometidos a continua vigilancia médica en unidades de cuidados intensivos.

[El Gobierno egipcio ofreció ayer enviar un equipo médico y fármacos a Libia para asistir a los heridos por el ataque norteamericano, según informa Efe citando a un portavoz oficial de El Cairo. La oferta fue formulada después de un contacto urgente tras el cual el Gobierno libio expresó su "gratitud y apreciación por el gesto fraternal". El mismo portavoz afirmó que Libia manifestó tener "suficiente potencial para asistir a sus heridos".]

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