Bombarderos norteamericanos atacaron Trípoli y Bengasi esta madrugada

La aviación norteamericana bombardeó en la madrugada de ayer la capital libia, Trípoli, así corno la segunda ciudad del país, Berigasi. Entre los puntos atacados figuran al menos dos supuestos centros de entrenamiento de terroristas, así como otros emplazamientos de interés militar, entre ellos el propio cuartel general del líder libio, Muanimar el Gaddafi. Los aparatos procedían de los portaviones Coral Sea y Saratoga y de bases en el Reino Unido. Paralelamente, ayer se supo que el enviado especial de Reagan Vernon Walters, estuvo el sábado en secreto en Madrid, para entrevistarse con Felipe González. A las 3.20 de hoy, el portavoz del Gobierno, Javier Solana, afirmaba a EL PAÍS que Walters no había comunicado al Gobierno español la intención de proceder al ataque. El presidente Felipe González dará a conocer la posición española ante la crisis en una conferencia de prensa a mediodía de hoy.

El ataque de los bombarderos nortearnericanos se produjo a las dos de la madrugada de hoy, hora peninsular española (que es también la hora de Trípoli),y duró unos 20 minutos;. Se supone que simultáneamente se produjo el ataque sobre Bengasi, al este de la capital libia. En total, los aparatos realizaron un mínimo de cuatro ataques consecutivos contra Trípoli, y, durante los mismos, la, artillería libia, incluidas las baterías de SAM-5, no cesaron, de disparar contra los atacantes. Horas antes, los ministros de la CE reunidos en La Haya habían acusado a Gaddafi de pro mover el terrorismo internacional y habían acordado reducir la presencia diplomática libia en sus países respectivos, en un obvio intento de hacer innecesario el ataque.Corno informa Francisco G. Basterra desde Washington, al término del ataque aéreo la Casa Blanca emitió un comunicado en el que textualmente decía: "Las fuerzas militares de Estados Unidos han llevado a cabo esta noche una serie de ataques aéreos cuidadosamente planeados contra objetivos en Libia. Los ataques han concluido y nuestros aparatos regresan a sus bases. Libia sobrelleva la responsabilidad directa por el ataque terrorista en Berlín Occidental del pasado día 5, que causó la muerte al sargento Kenneth Ford y en el que fueron heridos numerosos soldados norteamericanos, entre otras personas. A la vista de este acto de violencia condenable y ante la evidencia de que Libia planea futuros ataques, Estados Unidos ha decidido actuar en defensa propia. Esperarnos que nuestra acción impida atentados libios contra víctimas inocentes en el futuro. Las fuerzas norteamericanas atacaron objetivos que forman parte de la infraestructura terrorista libia, así como los sistemas de mando y control, información, comunicaciones, logística e instalaciones diversas. Todos ellos eran objetivos en los que Gaddafi preparaba la perpetración de sus atentados terroristas".

El ataque aéreo lo realizaron vanas decenas de cazas; procedentes de los buques de la VI Flota, que habían abandonado horas antes las aguas italianas de Sicilia, y una escuadrilla de grandes bombarderos F-111 que habían despegado de dos bases del Reino Unido. Al comenzar el ataque, las radios libias interrumpieron todos los programas para transmitir únicamente música rrúlitar y eslóganes antiimperialistas. Al mismo tiempo, un gran tránsito de vehículos y camíones pesados se producía en los alrededores de la capital, presurrublemente para evacúar parte del material militar de los puntos más expuestos al ataque.

Durante la jornada de ayer, la única acción militar libia había sido la de concentrar un importante contingente naval en el puerto de Trípoli, al tiempo que se hacía atracar a numerosos mercantes extranjeros entre las unidades nacionales, presumiblemente para dificultar que un ataque norteamericano pudiera elegir claramente sus objetivos. Al mismo tiempo, según fuentes liblas captadas por la BBC británica, el cuartel general de Gaddafi había sido destruido y miembros de su familia habían resultado heridos en el ataque. El presidente Ronald Reagan tenía que dirigirse esta madrugada, hacia las cuatro, hora peninsular española, para explicar a la nación el alcance y la intención del ataque de represalia.