Continúa la guerra de nervios en la crisis de los rehenes

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ Los partidos políticos franceses se interrogan sobre la influencia que puede tener en las elecciones de hoy domingo la crisis de los rehenes detenidos en el Líbano. Hasta el último momento ha continuado la guerra de nervios que desató la Yihad Islámica hace diez (lías con el anuncio del asesinato del sociólogo Michel Seurat y con el nuevo secuestro, hace exactamente una semana, de los cuatro miembros del equipo de televisión de Antenne 2, de quienes se sigue sin tener noticias.

A media tarde de ayer regresó a París, después de varios aplazamientos, el doctor Reza Raad, que ha actuado como intermediario oficioso y que ha dispuesto para su viaje de un avión especial. Raad, que es candidato en las listas del partido gaullista RPR, tenia previsto entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores, Roland Dumas.

Varios emisarios gubernamentales que se encontraban en Beirut y Damasco debían también regresar en las algunas horas; a París para mantener consultas con el Quay D'Orsay.

Fuentes del ministerio se negaron a confirmar si el embajador francés en Túnez, Eric Rouleau, antiguo periodista, ha logrado trasladarse a Teherán para intentar negociaciones directas con las autoridades iraníes.

La estrategia de la tensión de los shíitas libaneses puede afectar al resultado que obtengan hoy los socialistas, que se encuentran en el centro de una tormenta política tanto a causa de su línea de actuación en la guerra del Golfo como de la decisión del Ministerio del Interior de entregar dos disidentes a Irak. Mitterrand convenció al presidente iraquí para que amnistiara a. los dos hombres.

Mitterrand que parece haber tomado las riendas de la crisis en la mano, mantuvo ayer una conversación telefónica con el presidente de Siria, Hafez El Assad, según informaciones procedentes, de Damasco.

Las declaraciones de Reza Raad, que afirmó sentirse optimista sobre el desenlace, de la crisis, no han recibido confirmación. Parece probable, por el contrario, que la Yihad Islámica no acepte ningún tipo de acuerdo antes de la formación del nuevo Gobierno francés.