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JORNADA ELECTORAL EN FRANCIA

Los últimos sondeos pronostican una victoria conservadora en las legislativas francesas de hoy

ENVIADO ESPECIALFrancia se halla "en el umbral de la cohabitación" según corroboraban ayer los últimos sondeos privados que preceden al resultado del voto legislativo de este domingo; dicho de otra manera, lo que se espera es que François Mitterrand siga siendo presidente (socialista), pero la mayoría en la Asamblea de Diputados pase a ser de la que hasta hoy ha sido la oposición conservadora liberal. Hoy, por primera vez, en la historia de los 28 años de la V República, fundada por el general Charles de Gaulle, ganar o perder en unas elecciones generales será otra cosa.

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El cambio introducido en la ley electoral que van a estrenar los 37 millones de franceses, que designarán a los; 577 diputados del hemiciclo, va a ser determinante. Ya no será cuestión. de que la derecha D la izquierda consigan una mayoría de votos equivalente a una mayoría de diputados. Este domingo, con la defunción de la regla mayoritaria, salta al ruedo electoral la ley proporcional, con la que el ciudadano votante se enfrenta a una lista de candidatos y no a un nombre; y esto en una sola ronda y no en las dos que hasta ahora permitían las ali2aizas que han bipolarizado el escrutinio entre las dos fuerzas mayores del país.La modificación de la ley electoral afecta el comportamiento del votante, hecho que a su vez añade gramos de incertidumbre al resultado del voto, que se conocerá, hoy mismo a partir de las ocho de la noche.

Pero otro elemento nuevo en la historia de la V República desnaturaliza también parcialmente las nociones tradicionales de fracaso o de victoria. Por primera vez se vislumbra la posibibidad de que, a partir de mañana, el presidente de la República sea de izquierda y que la mayoría que alumbren los colegios electorales corresponda a la oposición liberal conservadora. Y por fin, y como consecuencia de lo anterior, otra cuestión más desdibuja los esquemas tradicionales para analizar el resultado de los comicios generales franceses: el elector en este país, al depositar su papeleta en la urna, tendrá en cuenta no sólo las listas de postulantes a diputados que le han impuesto los partidos políticos, sino la elección presidencial que se celebrará dentro dedos, años como máximo.

De la Asamblea que surja hoy del voto popular dependerá en gran medida el juego, durante ese período, del presidente François Mitterrand de los aspirantes a sucederle en, la jefatura del Estado. En esta medida, la papeleta de hoy tiene algo de papel mojado o de trámite con vistas a los comicios presidenciales de 1988.

Al término de esta jornada electoral dominguera, el actual partido del poder, el socialista, aspira a conseguir la mayoría absoluta de escaños en la Asamblea Nacional, pero esta hipótesis se considera irrealizable. Ahora bien, para el Partido Socialista (PS) la victoria no consiste en ganar, sino en no perder; y no perder hoy consiste en alcanzar un porcentaje de votos bastante superior al 30% del electorado; en tal caso, los socialistas se convertirían en el primer partido de Francia y sería muy difícil cualquier combinación gobernante sin su consentimiento o participación.

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Por el contrario, la coalición de la oposición conservadora liberal que concurre a los comicios, integrada por el neogaullismo, con Jacques Chirac al frente, y los democristianos, centristas y liberales que encabezan Giscard D'Estaing, Lecanuet y Barre (este último aspira a la presidencia en cuanto las circunstancias se lo permitan), tendrá que conseguir un amplio superávit de escaños en la Asamblea Nacional para declararse eficazmente vencedora.

Para que la victoria de la oposición sea eficaz a la hora de gobernar ha de ser amplia. Y para que los socialistas (una coalición con los comunistas se descarta de antemano) puedan maniobrar como ellos lo desean, con holgura para ganar las próximas presidenciales y regresar al poder en el plazo de dos años como máximo, han de "no perder", consiguiendo el primer puesto de los partidos políticos franceses.

Un último sondeo, no hecho público, daba ayer a los socialistas el 28% de los votos, mientras a la coalición RPR-UDF le concedía el 45%, al Frente Nacional el 10 -casi lo mismo que a los comunistas, con el 11 %- y a los ecologistas el 1,5%.

Hoy en Francia se vota tanto por el próximo presidente de la República como por la nueva Asamblea de los diputados. Se va a votar por Mitterrand, que aspira a ser reelegido, a costa quizá de reducir el septenio actual a un quinquenio para dimitir acto seguido y volver, a presentarse; se va a votar por Raymond Barre, que juega al caos de la cohabitación para que los franceses recurran a su pretendido carisma de salvador, se va a votar por Jacques Chirac, respaldado por el potente partido neogaullista, y de alguna manera se votará también por Michel Rocard, por Giscard o por el actual primer ministro Fabius: todos ellos sueñan con suceder a Mitterrand.

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