El presidente filipino esgrime la amenaza de la represión frente a la campaña de desobediencia civil

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, cada vez más aislado en su palacio de Malacañang, acosado por la campaña de resistencia pacífica de la oposición, el hundimiento de la economía y las presiones internacionales, amenazó ayer con reprimir cualquier manifestación que entorpezca el orden público. Tras una reunión con miembros del Gobierno y de su Partido para una Nueva Sociedad (KBL), Marcos dijo que todavía tiene "ciertos poderes, capaces de desmantelar la campaña de desobediencia civil", y que aplicará "con el máximo rigor las disposiciones legales y constitucionales" para impedir el desorden.

El cerco diplomático contra el reelegido presidente filipino continúa estrechándose. A la retirada temporal de embajadores de España y de la República Federal de Alemania siguieron las críticas de varios países por las fraudulentas elecciones. Las presiones internacionales más fuertes proceden de EE UU, mientras la URSS, a través de su nuevo embajador en Manila, que ayer presentó sus cartas credenciales a Marcos, era, junto a Checoslovaquia, el único país que felicitaba al discutido presidente filipino.La campaña de desobediencia civil lanzada por la oposición culminará con una huelga general el próximo 26, al día siguiente de la toma de posesión de Marcos para un nuevo mandato presidencial de cuatro años. El acto marcará también el grado de aislamiento intornacional a que está siendo sometido Marcos, y que tiene su punto de referencia en la actitud que tome el Gobierno norteamericano.

Philip Habib, el emisario especial del presidente Ronald Reagan, regresará en los- próximos días a Washington, tras entrevistarse con dirigentes del Gobierno y de la oposición. No se cree que la Casa ,Blanca se pronuncie acerca de la actitud de EE UU sobre el futuro poselectoral de Filipinas antes de su regreso.

"Acorralado en su palacio, sólo con los fieles del KBL y el Ejército, Marcos puede responder mordiendo", dicen en el cuartel general de Cory Aquino, donde se espera hoy la visita de los embajadores de los países miembros de la Comunidad Europea y de otros países europeos y asiáticos, incluido Japón. "Es una acción sin precedentes", afirmó un diplomático español, recordando que España no participará en el acto de toma de posesión de Marcos, debido al fraude electoral ocurrido en la elección presidencial del 7 de febrero.

El rechazo internacional que ha merecido la reelección de Marcos sigue creciendo. Ningún país se ha congratulado por la victoriapírrica de Marcos, con la excepción de la Unión Soviética, cuyo nuevo embajador, Vadim Shabalin, presentó ayer sus cartas credenciales, y de Checoslovaquia, cuyo jefe de Estado, Gustav Husak, envió ayer un telegrama de felicitación al presidente reelegido.

[En relación con las críticas del proceso electoral formuladas por los obispos filipinos, la agencia soviética Tass acusó ayer al papa Juan Pablo II de interferirse, junto a Estados Unidos, en los asuntos internos de Filipinas.]

El presidente Marcos recordó ayer que rechazará todas las "presiones exteriores" sobre los asuntos internos filipinos. Marcos amenazó también con cancelar los acuerdos bilaterales de defensa con Estados Unidos, que incluyen las bases militares de Clark y Subic Bay, si prospera la iniciativa de varios congresistas y senadores estadounidenses de retirar toda ayuda económica y militar al "régimen corrupto y autoritario de Marcos".

El veterano dictador filipino debe hacer frente, además, a los primeros efectos de la campaña de desobediencia civil, lanzada el pasado lunes por la oposición. "Nuestra acción es un éxito y venceremos", afirmó ayer Cory Aquino aunte 8.000 seguidores en la localidad de Ángeles, próxima a la base borteamericana de Clark, a unos 100 kilómetros de Manila, ante 8.000 de seguidores.

Reconciliación imposible

Aquino dijo que, en su encuentro con Habib, advirtió al enviado del presidente Reagan que todo intento de reconciliación con Marcos era imposible. "Le advertí al señor Habib que si había venido a Filipinas sólo para tratar de convencerme de que coopere con Marcos, no valía fa pena que se hubiera molestado en venir", añadió la líder de la oposición.

Previamente, en unas declaraciones a la cadena norteamericana de televisión NBC, Aquino rechazó tajantarnentrite la idea de un Gobierno de coalición con Marcos como salida a la actual crisis. Cory Aquino añadió que esperaba acceder pronto a la presidencia de su país, confiada en que la presión del pueblo filipino y de Gobiernos extranjeros amigos obligará a Marcos a retirarse.

Junto a la amenaza de represión, Ferdinad Marcos esgrime también una estrategia de minirreformas para evitar que sigan fallando otros de los pilares sobre los que ha asentado 20 años del poder* autoritario que ahora se resiste a abandonar.

Marcos anunció, quizá demasiado tarde, la creación de un comité que incluirá a miembros de la oposición para estudiar una revisión de la Constitución, modificada mientras estaba en vigor la ley marcial y que concede poderes especiales al presidente. También aceptó el lunes la dimisión del jefe del Ejército, Fabián Ver.