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Sentimientos encontrados en Irak ante el acercamiento de Moscú al régimen iraní

Pilar Bonet

Irak da muestras de preocupación ante un eventual acercamiento entre Teherán y Moscú, y al mismo tiempo quisiera sacar partido de éste -si llega a producirse- para buscar una solución política al conflicto del Golfo. Así opinan fuentes árabes, que ven en el posible deshielo entre Irán y la URSS una de las razones que han traído esta semana a Moscú al presidente iraquí, Sadam Husein.

La visita, transcurrida con pocas filtraciones informativas más allá de los textos oficiales, es la primera que realiza el presidente Sadam Husein a la URSS desde 1978 y se inscribe en un contexto de intensa diplomacia soviética para ampliar al máximo la base de amigos entre los países árabes. Las posturas radicales de Jomeini y la persecución al partido comunista iraní Tudeh llevaron a un enfriamiento de las relaciones entre Irán y la URSS. Fuentes árabes aseguran que el viceministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Giorgi Kornienko, ha estado dos veces en Teherán en los últimos meses en visitas de incógnito, la última de las cuales se realizó en septiembre. Según estas fuentes, Kornienko habría sido invitado a visitar oficialmente Teherán el próximo enero. La existencia de una frontera común entre Irán y la URSS, así como entre Irán y Afganistán, y la presencia de la comunidad musulmana soviética son razones de peso para que Moscú se acerque a Teherán.

Desde 1972 Irak mantiene un tratado de cooperación y amistad con la URSS, que en el conflicto Irak-Irán tiene una posición oficial de neutralidad y está a favor del cese inmediato de la guerra y de una regulación política del conflicto. El presidente del Soviet Supremo, Andrei Gromiko, que actuó como principal interlocutor de Sadani Husein, calificó esta guerra como "inútil y sin sentido".

Con todo, la URSS reinició sus suministros de armamento a Irak en 1983 después de haberlos suspendido al comienzo del conflicto del Golfo en 1980. Fuentes diplomáticas árabes en Moscú afirman que los suministros han aumentado en los últimos tiempos y opinan que Hussein podría haber conseguido en Moscú nuevos abastecimientos.

El ministro de Defensa, Sergei Sokolov, formaba parte de la delegación soviética en las conversaciones, donde hubo divergencias, según dejan entrever las informaciones publicadas. La fórmula dedicada al encuentro entre Sadam Husein y Mijail Gorbachov al describir la atmósfera del mismo fue "de trabajo, abierta y amistosa", lo que implica la existencia de algunas diferencias.

Las armas de fabricación soviética han llegado a Irán también a través de amigos árabes comunes, como son Siria y Libia. Países como Checoslovaquia y Corea del Norte podrían también haber suministrado armamento al régimen iraní. Las protestas contra el consentimiento de esos suministros podrían ser otra de las razones de la visita de Sadam Husein.

Tras el atentado contra la sede de la OLP en Túnez, Irak, que mantiene buenas relaciones con el líder Yasser Arafat, invitó a la organización a desplazarse a Bagdad. Durante la visita de Husein, ambas partes hicieron hincapié en la necesidad de "liquidar las diferencias" en el seno de la OLP y restaurar la unidad sobre una base antiimperialista. El apoyo claro a la OLP contrasta con las fórmulas ambiguas usadas en la descripción de conversaciones de alto nivel soviético-sirias, donde las diferencias se esconden en frases muy vagas. Siria, que es el principal aliado de Moscú en Oriente Próximo, está insatisfecha ante la falta de apoyo a fondo de Moscú para las posiciones de Damasco.

"Los países árabes notan que algo se está moviendo en Moscú y todos tratan de no perder el tren, teniendo en cuenta que los contactos entre Moscú e Israel podrían llevar al establecimiento de relaciones diplomáticas en un plazo no muy lejano", comentó un diplomático árabe.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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