El entusiasmo preside el Encuentro de Cultura Democrática de Buenos Aires
Un entusiasmo popular que disimula los fallos de la organización preside en Buenos Aires el primer Encuentro de Cultura Democrática. Más de 40 intelectuales de todo el mundo se encuentran con un público ansioso de tomar contacto con las nuevas ideas y formas de cultura que se desarrollan, particularmente en Europa. La representación española, integrada por Fernando Arrabal, Luis García Berlanga y Fernando Fernán-Gómez, llegó el miércoles y esa misma noche asistió a conferencias y debates previamente programados.
La actividad no ha sido recluida esta vez en las salas donde se celebra el encuentro. Cada uno de los invitados, después de presentarse en los escenarios tradicionales, tiene prevista una tarea similar en alguno de los barrios más alejados. Dos filmes de Berlanga se exhibirán en la cinemateca, La vaquilla y El verdugo. Al finalizar cada una de las sesiones el público dialogará con el director español.Los encuentros realizados hasta ahora con realizadores como Lindsay Anderson, Gillo Pontecorvo y Lina Wertmuller fueron apasionantes. Los invitados coincidieron en destacar el interés que tenían en visitar un país del que conocían el horror padecido durante la dictadura. La sueca Bibí Andersen y la francesa Armie Girardot son las actrices más conocidas de la muestra. Girardot fue aclamada por el público, que recordaba su participación en las marchas de protesta frente a la Embajada argentina en París para reclamar por los secuestros y las desapariciones.
Fernán-Gómez y Arrabal
Hasta la madrugada de ayer se prolongó la conferencia sobre El actor y los demás que ofreció Fernando Fernán-Gómez, quizá la figura más popular entre todas las invitadas. Por su parte, Fernando Arrabal ofreció una clase para los alumnos de la Escuela Municipal de Arte Dramático sobre la relación entre el texto y la puesta en escena. Ayer intervino en una mesa para hablar del tema Exilio y libertad y hoy ofrecerá una conferencia titulada Surrealismo y pánico.El eclecticismo del programa y la desorganización ponen en evidencia las ausencias -como la de Vargas Llosa-, pero permiten al mismo tiempo que en los pasillos de los centros culturales donde se han previsto actividades para todas las tardes y hasta la madrugada, durante 15 días, se crucen, por ejemplo, el poeta chileno Nicanor Parra, hermano de Violeta, que regresó a Buenos Aires después de 30 años, y los cubanos Severo Sarduy o Fuyad Jamis. El director británico Lindsay Anderson -que protestó públicamente ante los obsoletos equipos técnicos disponibles para la proyección de sus películas y al mismo, tiempo dijo que sólo hace falta un hombre y una cámara común para hacer buen cine-, con Ernesto Sábato o el músico italiano Luigi Nono.
Entre tanto, sin estar comprendido dentro del encuentro, Buenos Aires admitirá en estos días -el miércoles 18- otro acontecimiento excepcional: la presentación por única vez en el teatro Colón, ese inaccesible altar consagrado a la lírica, del maestro Osvaldo Pugliese, el más grande de los pianistas y compositores de tango vivo y el último de los directores de orquesta históricos, que acaba de cumplir 80 años y se mantiene en la plenitud de su talento. El encuentro se cierra tres días antes, el 15 de diciembre, con la interpretación de la Misa criolla.
Colaboración
El coste de este encuentro, el primero de tan alto nivel que se celebra en Argentina, no ha sobrepasado los 100.000 dólares, unos 15.700.000 pesetas, reunidos con la colaboración espontánea de vecinos y empresas. Cada uno de los asistentes sólo percibe una paga simbólica y el resto de los gastos corre por cuenta de la Municipalidad de Buenos Aires.La ciudad se ha alterado con semejante actividad diaria y los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional aprovecharon la oportunidad para hacerse escuchar: ofrecieron un concierto frente a la Casa Rosada, la sede del Gobierno como forma de protesta por sus bajos salarios. Interpretaron obras de Beethoven, Bach y música popular argentina.
Babelia
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