_
_
_
_
FESTIVAL DE CINE DE HUELVA

'Hijos de la guerra fría', un filme chileno rodado clandestinamente en pleno estado de sitio

Chile cuenta con una doble presencia en esta undécima edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Las dos películas son Hechos consumados, de Luis Vera, aún pendiente de proyección en el momento de escribir esta crónica, e Hijos de la guerra fría, de Gonzalo Justiniano. Su realizador es un cineasta joven, que hasta ahora sólo había rodado documentales y trabajaba como corresponsal de prensa y televisión. Desde 1976 vivió en París y regresó a su país en 1983, precisamente para rodar Hijos de la guerra fría. "La película está hecha sin solicitar ningún tipo de autorización. El día en que empezamos a filmar coincidió con que Pinochet volvió a decretar el estado de sitio. Eso obligó a suprimir algunas secuencias previstas en el guión, sobre todo las que transcurrían de noche. Pero no tuvimos problemas porque siempre creyeron que nos dedicábamos a la producción de spots publicitarios".

Justiniano no sabe aún cuándo podrá estrenarse la película en Chile: "Ése es el objetivo último del filme, que lo vea el público chileno. Para mí fue muy importante volver para trabajar en mi país, con técnicos chilenos, filmar en las casas de mis amigos. Entonces eso me bastaba. Hijos de la guerra fría está hecha con mi dinero y una ayuda que nos dio el Gobierno francés. El montaje y trabajo de laboratorio se ha desarrollado en Francia y, en un principio, contaba con venderla a algunas cadenas de televisión. Pero ahora lo que quiero es que se estrene en Chile".La película está protagonizada por dos oficinistas que el cineasta retrata de manera paródica, interesándose más por el estereotipado mundo imaginario en el que creen vivir que por la crónica estricta de la realidad. "En Chile reina un gran moralismo de la forma, casi te exigen que adoptes siempre un estilo neorrealista, cargado de retórica sobre las virtudes de las clases populares. Mis protagonistas en Hijos de la guerra fría son arquetipos de la clase media, gente que sólo se interesa por su pequeña historia -y que conste que ésa puede ser muy respetable-, que les preocupa más la muerte de su gato que un bombardeo atómico en el país vecino. Ellos, por ejemplo, no se dan cuenta del nivel de violencia que reina en Chile. No la ven o se acostumbran a ella. Esas clases medias son las que dieron el principal soporte al golpe de Pinochet. La derecha instrumentalizó muy bien sus miedos. Luego, cuando el momento de la euforia económica, creyeron a pie juntillas que el liberalismo salvaje iba a ser la panacea para todos".

La realidad más dramática también aparece en Hijos de la guerra fría, pero indirectamente, como unos disparos aislados que resuenan y a los que los actores no prestan atención, como una disminución en las raciones de los restaurantes, como presencia obsesiva de militares en todos los canales televisivos. "Sí, claro, mi película habla de cine, aunque no lo haga de una manera realista, que para mí habría sido muy aburrido. Vivir en Francia me ha permitido descubrir que no hay nada malo en querer expresarse, en filmar por placer y no por obligación militante o política".

Cine andaluz

La plataforma que supone el festival de Huelva está siendo aprovechada estos días para reforzar el papel de la recién creada Confederación de la Industria Cinematográfica Andaluza (CICA), "primer paso para un centro autónomo de cinematografia andaluza", en palabras de su presidente. La iniciativa, que sin duda hay que relacionar con la exposición de Sevilla de 1992, ha generado algunos debates casi metafísicos al enfrascar a varios cineastas en la búsqueda y definición estética de ese cine andaluz por venir, voluntariosa disquisición sobre el sexo de los ángeles que ha tenido su correlato organizativo, puesto que un ponente, para subsanar el déficit del sector productivo, ha propuesto, entre otras muchas cosas destinadas a convertir la región en un pequeño paraíso para cineastas, el establecimiento de "un departamento de comercialización de cine andaluz en el extranjero, con agentes de ventas y pagando gastos de doblaje, presbooks, gestiones, asistencias a mercados, etcétera".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_