Los orígenes y el presente, la leyenda y el sainete
ENVIADO ESPECIALEl Festival de Cine Iberoamericano de Huelva ofrece dos imágenes contrapuestas, dos tonos narrativos de Latinoamérica. Walter Lima hijo, con Chico Rey, filma una crónica legendaria del final del esclavismo en Brasil. Por su parte, el mexicano José Estrada retrata la sociedad de hoy, y lo hace en clave de sainete costumbrista que acaba derivando hacia el melodrama lacrimógeno en Mexicano, tú puedes.
Chico Rey es un filme estimable hecho por un director que conoce su oficio y que sabe superar las limitaciones presupuestarias con elegancia. El arranque de la película es espléndido, sumergiéndonos en el universo del tráfico de esclavos. El narrador, un negro escapado, cuenta lo sucedido cuando los barcos portugueses llegaron al Congo y ellos y sus antecesores dejaron de llamarse Kalanga y Guzinga para convertirse todos en Francisco, ver cómo los collares se convertían en cadenas y su organización social -una suerte de comunismo- se trocaba en esclavitud. Luego la película perderá una parte de su magia narrativa para ceñirse al argumento, demasiado maniqueo. Los defectos del guión, muy preocupado por ser vehículo de un mensaje de manera explícita, a menudo nacen de la hábil utilización de la música de Nana Vasconcelos o del buen partido que se saca de las colonizadores
Si en conjunto Chico Rey nos proporciona una buena imagen del cine brasileño, no puede decirse que suceda lo mismo con Mexicano, tú puedes, demagógica, populista y risible comedia de costumbres. Es algo así como una versión en vuelo rasante de El verdugo o Elpisito, es decir, de cómo un problema inmobiliario llega a encadenar económicamente a una pareja, y la obliga a endeudarse y a trabajar todo el día.
La mordida convertida en una norma paralegal, el machismo desaforado, la indefensión ideológica de una parte de población semialfabeta ante una publicidad dañosa, la solidaridad popular, los sueños pequeñoburgueses de quienes viven hacinados en miserables apartamentos de alquiler y la actitud ante el aborto son algunos de los temas que trata Mexicano, tú puedes, una película que a pesar de sus múltiples defectos, no se hace aburrida por lo que tiene de desmesurada acumulación de hechos, en una línea lumpen parecida a la de un Iquino.
El Festival de Huelva de este año rinde homenaje a Carlos Gardel a través de una exposición y una sección paralela en la que se han reunido 11 títulos en los que Gardel es el protagonista que 'acometió con toda deliberación lo patético". Las películas sobre Gardel son una prueba de que, tal y como cuenta Borges: "Muerto el hombre, la perdurable voz sigue cantando y conmoviendo".
Babelia
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