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CAMBIOS EN EL PCUS

Moscú considera que existen bases para el entendimiento con Washington

Pilar Bonet

El deseo de una normalización de relaciones entre la URSS y EE UU viene constatado en el programa del PCUS, que repite las propuestas de desarme básicas y generales de Moscú y afirma que no existe ni un solo tipo de arma que la URSS no esté dispuesta a "reducir o prohibir" sobre una base mutua y con un control recíproco aceptable. El programa señala que existen "condiciones previas" para establecer unas buenas relaciones con EE UU y para un entendimiento entre los dos países, insiste en la existencia de una paridad Este-Oeste y reitera además la disposición a disolver los bloques militares.

El Pacto de Varsovia, la organización político-militar del Este europeo, es, según la versión soviética, una respuesta a creación de la OTAN, y tiene un carácter defensivo. Ni la expresión "democracia popular", que tanto abundaba en el programa de 1961, ni el contenido de la doctrina Breznev, que permitía la intervención de un país socialista en otro en base a la idea de soberanía limitada y peligro para la comunidad socialista, encuentran expresión en este programa.El texto, sin embargo, invita a una mayor unidad y coherencia en el bloque socialista, donde la integración debe fortalecer la "invulnerabilidad técnico-económica" ante las "acciones enemigas" del imperialismo. En suma, la integración debe favorecer la independencia del bloque de cara al exterior y evitar la "influencia de crisis económicas y otros procesos negativos procedentes del capitalismo".

En el campo ideológico no hay alusiones despectivas a los países que siguen modelos de desarrollo socialista propios.

Yugoslavia no es mencionada críticamente, como lo era en el anterior programa. En el de ahora se afirma que el desarrollo social de los países socialistas no siempre va en línea recta, y cada una de sus etapas hace surgir nuevas tareas complicadas, "cuya solución está ligada con la superación de contradicciones y dificultades". El PCUS demandó atención para que no se abone el terreno a diferencias que pudieran lastimar los intereses comunes.

Independientemente del nivel de desarrollo económico, tamaño o tradición nacional, todos los Estados socialistas tienen, según el programa, elementos en común más importantes que aquellos que les separan.

En relación a los partidos comunistas que operan en países no socialistas, el programa afirma que éstos actúan en situaciones "complejas y controvertidas", y se muestra favorable a que los comunistas de cada país analicen independientemente la situación y determinen por sí mismos su rumbo estratégico y su política.

Unión de clases

El PCUS expresó su comprensión ante los esfuerzos de estos partidos "para perfeccionar, su estrategia y táctica", logrando la "ampliación de la unión de clases sobre la plataforma de acciones antimonopolistas, antibélicas (...)" y partiendo del hecho de que "la lucha por la democracia es parte de la lucha por el socialismo".

Las diferencias en temas aislados no deben alterar la "cooperación internacionalista" de los partidos comunistas, pero cuando la discusión trata de "la esencia revolucionaria del marxismo-leninismo o del papel del socialismo real, el PCUS está dispuesto a plantar cara al oportunismo, el reformismo, el dogmatismo y el sectarismo". La revolución socialista puede ser "pacífica y no pacífica", según el programa, pero no es "exportable". La URSS seguirá apoyando a los movimientos de liberación nacional, y a la de los países del Tercer Mundo también, mediante suministros bélicos, y admite la existencia de países que, una vez independizados, han seguido una evolución no en el sentido socialista.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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