El certamen donostiarra pretende recuperar su época de esplendor en la máxima categoría
ENVIADO ESPECIALLa proyección, fuera de concurso, del último filme de John Huston, El honor de los Prizzi, inauguró anoche, en la vieja sala del teatro Victoria Eugenia, la 33º edición del festival, que se presenta como el primer paso de una nueva etapa de esplendor del que, hasta el año pasado, era un agonizante certamen. Asistieron al acto inaugural el lehendakari, José Antonio Ardanza; la directora del Instituto de la Cinematografía, Pilar Miró. La actriz Jacqueline Bisset no pudo llegar a la ceremonia por un retraso de su avión.
La proyección de la película de Huston y la presencia de la famosa estrella pueden dar la impresión de que esta nueva etapa del festival de San Sebastián se abre con las bendiciones de los norteamericanos, y no es así. El cine de las multinacionales norteamericanas, que tradicionalmente era el cacique de San Sebastián se presenta esta vez sólo fuera de concurso. No compite, juega este año a estar con un pie dentro y otro fuera, probablemente a la expectativa de por dónde van los tiros y conservar intactos sus cartuchos para el año que viene Es esta de nadar y guardar la ropa una práctica habitual de estos mercaderes.Después de muchos años sin ella, el festival ha recuperado en 1985 la categoría máxima, que concede ese sínodo internacional de productores de películas llamado FIAPF, que no se sabe si además de sigla de Federación Internacional de Productores de Filmes es la onomatopeya de un salivazo. Esta recuperación súbita de la categoría A no ha dado plazo suficiente a los organizadores para ofrecer en la sección competitiva una colección de películas exhaustiva, pero ha galvanizado al mortecino tinglado que en ediciones anteriores bostezaba en los alrededores del Victoria Eugenia. Hay expectación, y esto no es poco.
Dicha expectación se percibe en el termómetro de las salas de prensa que, aún antes de que el certamen entre en materia, comienzan a parecerse a los gallineros de Babel. Hay bastantes más enviados especiales que en las ediciones anteriores y su verborrea suena en multitud de acentos.
Decepciones y novedades
El equipo director del festival, que está formado por Rafael Treku, Mariano Larrandia, Leopoldo Arsuaga y José Ángel Herrero, asesorados por Antton Eceiza y Diego Galán, habla de "un afianzamiento definitivo del festival", del "escaso tiempo que han tenido para organizarlo", de que "se ha terminado para siempre con las transiciones" en espera de la edición del año que viene, que ya ha sido bautizada por el alcalde Ramón Labayen como "la del gran salto hacia adelante" .Las dos decepciones que para los seguidores del festival han supuesto la desaparición de las secciones de Vídeo y de Nuevos Realizadores se han compensado inteligentemente con la creación de otras dos nuevas: Cenizas y Diamantes y Zona Abierta, que prometen mucho.
En cualquier caso, y aunque todavía sea sobre el vacío, el salto ya está dado, y el viejo festival ahora tiene, cualquiera que sea la suerte de esta casi improvisada edición, vida por delante.
Babelia
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