19 / García Lorca
Federico juega a remover animales minutísimos con un palito, niño en Fuentevaqueros. Gracias a su infancia aldeana, que le marca de paleto para toda la vida, Federico García Lorca puede luego escribir de los bichos, para niños y adultos, con ese conocimiento y esa ternura, con ese franciscanismo laico que nos da la frecuentación de las dulces bestias. El franciscanismo, mucho más que en San Francisco, que lo utiliza o aplica, está en las propias bestias. Vino la Poncia y se lo dijo:- Federico, niño, que te va a picar el alacrán.
Iban, de adolescentes redichos, a la Fuente de Avellano (1), para hacer literatura provinciana, como la hemos hecho todos. Las primeras y largas prosas de Federico están llenas de greguerías, qué le vamos a hacer, ay. (Y también algunos poemas del Romancero gitano.) Ramón era lo más moderno, lo más actual que llegaba a aquellos arrabales granadinos. En el arte, Falla fue su madre y Juan Ramón fue su padre, y no sólo por la condición sexual de cada uno de ellos, que ambos están en los billetes, y a mí eso de salir en los billetes (se ha contado a propósito de Julio Romero) me parece definitivo en España. Salir en los billetes o, como premio de consolación, en los sellos de Correos, es la única consagración cívica de este país que sólo consagra a la Virgen del Rocío, todos los años. En la romería del Rocío, o en otra ordalía católico/pagana al efecto, parece que ocurre el cruce crucial de Bodas de sangre. Los extranjeros han estudiado Yerma como una denuncia de la situación "arabizada" de la mujer andaluza. Uno cree que se pasan. Federico le escribe a Guillén, el master de su generación, diciéndole que va a ser un hombre ordenado y se va a encargar unos ficheros. Hasta quiere matricularse en algo. Es el esfuerzo conmovedor del "poeta maldito" por dejar de serlo.
"Lorca, poeta maldito", llamé a Fedrico en un viejo libro mío. Gerardo Diego, en el café, se me quedó perplejo, sobre su natural perplejidad.
- Federico maudit. ¿Por qué? Era el hombre más alegre y aceptado que yo he conocido.
Tan aceptado que le aceptaron en un pelotón de fusilamiento, maestro. Desde la Santísima Trinidad, todo puede subdividirse en tres aspectos o categorías:
Lorca, poeta maldito por homosexual.
Por su inconcreto izquierdismo, cada vez más concreto, irritante en un señorito andaluz.
Lorca, poeta maldito porque se le fusila de tiro en la nuca, como a la encarnación del mal (2).
Lo cual que nadie, ni amigos ni enemigos, ha pedido nunca ni pidió entonces, que era el momento, el cuerpo de Federico, enterrado en fosa común, para enterrarlo cristianamente, según el cristianismo de sus partidarios del bando "nacional". Sólo los Rosales han mantenido siempre una actitud erguida y desafiante/inocente , respecto de la muerte de Lorca. La decisión es de Queipo de Llano, virrey fascista de Andalucía, por entonces (y muy locuaz), para qué darle más vueltas. Mi entrañable lan Gibson, biógrafo obstinado y afortunado de Lorca, y lazarillo mío en Londres, acaba de sacar un libro con Juan Grijalbo que, prácticamente, agota el tema. Yo he presentado este libro en el teatro Español, no hace mucho, con versos de Lorca dichos por Berta Riaza. Mi idea era que la adorable Enriqueta Carballeira, que es la hermana que cose a máquina en Bernarda Alba, se marcase unos pespuntes entre poema y poema. Parece que no pudo ser. La Bernarda que ha hecho José Carlos Plaza es naturalista, andaluza y fiel al texto. Recuerdo una versión, mejor, de Juan Antonio Bardem, en el desaparecido Goya (3), a base de mucha cal gorda y mucha pana negra. Plaza lo ha hecho más Vermeer, pero lo ha hecho muy bien.
Federico se escribe con el veterano del 27, Guillén, y la correspondencia es emocionante. Nada de Federico frívolo, alegre, divertido, pianístico y bebedor. FGL es un atormentado que sufre por todo y en quien sufre el Todo. Lo pasa muy mal. Gerardo me ha contado que tenía una manera inigualable de tirar la ceniza del cigarro por encima del hombro. Es lo mismo. Federico tenía un drama social y un drama sexual, que a veces son el mismo, pero no siempre. Federico es un torturado/desdoblado. No hay que confundir a Federico García Lorca con Encarnación López, la Argentinita, que es lo que hacen muchos para tranquilizar su conciencia o, cuando menos, su memoria. Don Manuel de Falla, homosexual como Lorca, gran trascendentalizador de su ciudad en la música, es, ya digo, la madre artística del poeta. Y el padre, sí, es Juan Ramón, que le enseña una Andalucía esencial, oscura, trágica al margen de toda tragedia: la Andalucía de Diván del Tamarit. Lorca, poeta maldito por homosexual. Una vez que se viene a Madrid, la diferencia se hace soluble en la gran ciudad (en lo poco que tenía aquel Madrid de gran ciudad). Lorca, poeta maldito por "señorito de izquierdas". El destino de los señoritos de izquierdas es ser fusilados por otros señoritos. O por el lumpem (obreraje sin conciencia social), que mata lo que no entiende, resolviéndolo. Lorca, beatificado como maldito por la muerte, y el único genio de su generación de genios. Lo peor que le puede pasar a un español es salir señorito de izquierdas. Se lo cargan las izquierdas por señorito o se lo cargan las derechas por izquierdista. Es el caso de Hoyos y Vinent y Manuel Bueno, en la izquierda y la derecha, reseñados ya en estas memorias. Al pueblo que no le vengan.
Que si era maricón, que si era señorito, que si era famoso. Federico había hecho unas declaraciones muy concretas, en favor del teatro y del pueblo, del pueblo del teatro, poco antes del fusilamiento (en la nuca y de rodillas: qué proeza). Lorca es el único maldito que ha dado la literatura española, a la altura de Baudelaire, y eso, en este país menestral, pequeño burgués y de aristocracia ágrafa, no se entiende ni se premia, sino que se castiga. Pero no queremos quitarle con esto, naturalmente, al asesinato de Lorca, su carácter político, concreto, histórico, de guerra civil. Los nacionales fusilan a Lorca y los republicanos fusilan al Sagrado Corazón de Jesús, en piedra, en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península. Asimismo, los republicanos le metieron metralla a algunas otras figuras religiosas del Cerro. Como dice Saura en una de sus mejores películas:
- Algo harían.
El Romancero gitano es el libro más surrealista de Lorca: "El coñac de las botellas se disfrazó de noviembre". Los columnistas sepia acostumbran a atribuir estos versos a Gerardo Diego, confundiendo lamentablemente ultraísmo con surrealismo. Parece como más surrealista Poeta en Nueva York, pero sólo es más cosmopolita, del mismo modo que el Romancero no es en modo alguno un libro localista ni colorista. Cuando un director de cine me pidió, no hace mucho, ideas para una película sobre Lorca, le dije que los primeros planos del levantamiento militar de Franco tenían que ir sobre el recitado del "Romance de la Guardia Civil española". Y que todo el descubrimiento de los negros de Nueva York tenía que ir sobre el recitado del Romancero gitano. Lorca descubre en seguida la identidad gitanos/negros, dos razas elegantísimas y marginadas, y en ellas encuentra sus paraísos perdidos y más naturales, ay, que artificiales.
El director, Jaime Camino, se desentendió de mí con un modesto cheque, cuando me había grabado kilómetros de cinta, y así le salió el invento. El teatro de Lorca es una perversión de Lorca. Es un teatro de base lírica sobre argumentos folletinescos o tópicos. Federico García Lorca es un poeta puro que, como no es profesor, en una generación de profesores con nómina, hace teatro, mucho más comercial que la poesía (aunque el suyo no lo fue mucho), por demostrar a su familia que es un escritor profesional y puede ganarse la vida. Sobre los modelos galaicos de Valle-Inclán, hace lo que puede con Andalucía. El público, que tanto me encarecía Martínez Nadal en Londres, mientras cenábamos en un restaurante malo, porque él era el depositario único de la obra, supone un mogollón escenario/público que no hay quien lo resuelva. Los Sonetos del amor oscuro, asombrosos, como para poner al lado de Shakespeare y Leonardo, los conocíamos todos quienes somos "interiores" a la poesía, pero un día los descubrió un rotativo y creyó regalar con ellos a sus lectores (lo cual que el ilustre Francisco Ayala se prestaría a ignorar/encubrir innecesariamente el objeto amoroso de tan inaccesible libro: la homosexualidad). Cuando a JRJ iban a contarle, a su terraza de General Oráa (en la que yo he vivido siglos mas tarde), que Federico iba a estrenar una comedia, JRJ, amigo de don Francisco García, se sujetaba la frente con una mano:
- ¡Pobre padre...
Como si Federico se hubiera hecho travestí. Una tarde, González-Ruano abandonaba una reunión literaria porque había quedado con "Fe, la romántica" (la mejor novela corta de nuestro siglo, según Marañón). Lorca le afeó el irse con señoritas que merendaban bocadillos de anchoas:
- Hombre, Federico, es que usted sólo conoce marineros que meriendan nardos.
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