Películas heterogéneas para la nueva edición del Festival de Cine de San Sebastián
El próximo día 19 se inaugura el Festival Internacional de (Cine de San Sebatián con Prizzi's honor, la última película de John Huston. Los responsables del festival se han visto obligados a crear una nueva sección, Zona Abierta, una plataforma de celuloide heterogénea, ante los impedimentos que la Federación Internacional de Productores; de Filmes (FIAPF) les planteó a la hora de programar proyecciones de nuevos realizadores.
Los preparativos de la nueva edición del festival de cine de San Sebastián incluyen desempolvar la célebre estera roja de las buhardillas del remozado teatro Victoria Eugenia, de cuya fachada que cuelga todavía un andamio, como una muleta. Huele a pintura fresca y a restauración. La FIAPF ha redimido este año a la muestra donostiarra, que recupera la categoría A y adquiere carácter competitivo a todos los efectos. De todos modos, el festival siempre constituyó un pretexto válido para ver cine.Los organizadores, intérpretes de un cierto sentir popular que comentaba que las secciones paralelas tenían más sustancia que la oficial, ante los impedimentos que la citada y omnipotente FIAPF les planteó a la hora de programar proyecciones de nuevos realizadores, han tenido que inventarse, es palabra textual, una plataforma de celuloide heterogéneo que llaman Zona Abierta (en euskera Zabaltegi). En ella han incluido, casi como una venganza, filmes exhibidos en otros festivales, e incluso alguno que llegó a obtener premio, alternándolos con productos de noveles.
La directiva del festival de este año está compuesta por Rafael Treku, José Ángel Herrero Velarde, Mariano Larrantía, Leopoldo Arsuaga, Antton Eceiza y Diego Galán.
No les duelen prendas a los directivos a la hora de declarar que pretenden que el Zabaltegi "llegue con el tiempo a ser competitivo con la sección oficial". Es decir, que se busca una duplicidad, una disyuntiva de estilos y de públicos. "Crearíamos", siguen sincerándose, "dos muestras paralelas, cada una con su ámbito y carácter". Añaden que "sería perfecto que un año el Zabaltegi resultara mucho mejor que la oficial y que tuviera mucha mayor trascendencia". Treku remacha: "Eso puede que suceda este año".
Cine vasco
En cuanto al cine vasco, especialidad sin definición, aunque todo el mundo sabe de qué se trata, no estará representado por una sección específica. Por un lado, se considera que los seis largometrajes producidos este año por la Asociación Independiente de Productores Vascos (AIPV), cuyo presidente, Ángel Amigo, acaba de dimitir, no son suficientes para cubrir un espacio exclusivo. Por otro lado, y el argumento es lúcido, se entiende que "la auténtica promoción del cine vasco consiste en que entre en competición con las distintas cinematografías internacionales".
Los directivos desean que "el festival sirva a los productores vascos para mostrar sus trabajos a distribuidores de todo el mundo, tanto las películas que pasan por la sección oficial, como las del Zabaltegi, como las que no pasen por ninguna". Para lo cual se les facilitará el uso de salas, fuera de horas de programación, donde podrán sentar a exhibidores extranjeros, e incluso japoneses.
Quienes empezaron a ser infinitamente jóvenes en los, años sesenta tienen las nostalgias servidas en la sección titulada, casi como un artículo de Antonio Gala, Cenizas y diamantes. Aquí se invita a los cinéfilos entrecanos a recuperar películas que no se reestrenaron o que no se estrenaron nunca durante dicha década, porque estaban prohibidas o porque los distribuidores españoles no las consideraban rentables (modalidad de censura poco estudiada por los sociólogos del franquismo). Entre los 40 títulos, un Antonioni.
Un sobrecogedor acopio de todo lo que se filmó sobre material químico acerca del conflicto más histórico del sureste asiático -documentales, propaganda política, guerra-ficción- se proyectará en la sección llamada Vietnam.
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