¿Se despejará la polvareda antes de la 'cumbre'?

THE GUARDIANA menos que las relaciones se desplomen mientras tanto, Reagan y Gorbachov se entrevistarán en noviembre. Estados Unidos no espera gran cosa de la reunión. Ello es debido en parte a que todavía no se ha abierto paso ningún cambio importante en la actitud soviética hacia Occidente derivado del acceso de Gorbachov al poder. También se debe en parte a que Estados Unidos ha perdido interés en el control de armas tal como se ha ven ido definiendo hasta ahora. Desde luego que el control de armamento no ha conseguido prácticamente nada significativo para la reducción de armas nucleares, y todo reparto de culpabilidad por ello resulta subjetivo. De todos modos, hay algunas esperanzas puestas en la reunión de noviembre. Estados Unidos parece desear acuerdos en áreas concretas fuera de la competencia militar, de manera que, dejando aparte su capacidad mutua de destrucción, las superpotencias puedan alcanzar acuerdos factibles en la esfera económica e incluso política. ( ... ) La cuestión es si estas ambiciones son relativamente modestas como para verse comprometidas por el anuncio estadounidense de que continuarán con la experimentación del sistema antisatélite (ASAT) y de que los rusos han estado siguiendo la pista de los americanos en Moscú mediante polvos potencialmente cancerígenos. ( ... )Tomado en conjunto, tanto el asunto de los polvos amarillos soviéticos como el anuncio del sistema antisatélite no están calculados, indudablemente, para mejorar la atmósfera; pero si ya han terminado los avisos preliminares, ya es hora de restaurar algo de normalidad. Sin embargo, si se producen más maniobras de este estilo uno empezará a preguntarse si los estadounidenses se están tomando realmente en serio la cumbre.

23 de agosto