Un gigantesco meteorito cae en el norte de Argentina
La policía de Salta, provincia norteña de Argentina fronteriza con Bolivia, se dirige hacia los valles salchaquíes, cerca de Tucumán y de la localidad salteña de Cayafate, para reconocer los restos de un gigantesco meteorito caído en la zona en la mañana del pasado domingo. Numerosos pobladores informaron haber visto caer una enorme bola de fuego que conmocionó al estrellarse todo el noroeste tucumano, provocando un resplandor continuado que iluminó el horizonte durante varios minutos. Los aeropuertos provinciales y el radar militar no dieron cuenta de ningún avión en emergencia, y todo hace suponer la caída de un gran meteoro.Sin embargo, también el domingo la tripulación y pasajeros de un aparato de Aerolíneas Argentinas en vuelo Santiago del Estero-Buenos Aires pudieron observar durante varios minutos dos objetos volantes no identificados que siguieron al aparato desplazándose en trayectorias insólitas en la navegación aérea. Santiago del Estero es otra provincia norteña fronteriza con Salta y con Tucumán.
Dos redactores del diario porteño Clarín que viajaban en el aparato tomaron hasta 36 fotografías de una esfera luminosa, parpadeante y polícroma, que parecía estar relacionada con otro objeto triangular menos destellante.
Por dos horas de la mañana del lunes, y en las también provincias norteñas del Chaco y Santa Fe, cientos de personas observaron otro ovni que permanecía quieto o se desplazaba lentamente, proyectando hacia tierra un potente foco de luz blanca.
En la noche del domingo, Mario Ance, locutor de Radio Nacional de San Miguel de Tucumán, regresaba en automóvil hacia esta ciudad por los valles salchaquíes, en compañía de su hijo y un amigo, cuando se quedó sin gasolina. "A las 20.30", relató, "mientras esperábamos socorro, cayó sobre nosotros una potente luz, que nos paralizó. Era como si nos estuvieran observando. Esto duró varios minutos, mientras nosotros nos manteníamos dentro del vehículo. Luego, también de pronto, volvió la oscuridad, y minutos después pasó otro coche que pudo auxiliarnos".
En la tarde del sábado, y durante horas, los habitantes de Santiago de Chile observaron las evoluciones de un platillo volante de grandes dimensiones también detectado por astrónomos, torres de control aéreo y radar militar, así como por un avión de Avianca. Los locutores deportivos suspendieron la retransmisión de los partidos de fútbol locales para relatar las evoluciones del ovni sobre la capital chilena.
En la madrugada del lunes al domingo, otro ovni de las mismas características que el anterior tomó tierra en la zona semidesértica de Arica, 2.000 kilómetros al norte de Santiago, sobre un cerro del valle de Chaca. Varios camioneros y automovilistas observaron el breve aterrizaje, que dejó un círculo de 20 metros de maleza y tierra quemadas.
También en la tarde y noche del domingo, habitantes de la provincia de Córdoba denunciaron el avistamiento de escuadrillas de ovni realizando maniobras inasequibles a la aviación convencional. Igualmente, la tripulación de un aparato del Lloyd Aéreo boliviano en vuelo por el norte argentino tuvo el fin de semana un avistamiento ovni.
La simultaneidad de los avistamientos en zonas escasamente pobladas y alejadas miles de kilómentros entre sí obligan a descartar cualquier fenómeno de psicosis colectiva. Las distintas informaciones no terminaron de coordinarse en la Prensa porteña hasta el martes. Por otra parte, son varias las tripulaciones aéreas, controladores de aeropuertos, astrofísicos y meteorólogos que advirtieron personalmente los fenómenos. Por último, ni siquiera cabría hablar de serpierte periodística de verano: el invierno austral se encuentra en todo su rigor.
Las autoridadaes militares y aeronáuticas chilenas y argentinas guardan un hermético silencio.
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