Los agricultores piden a la Administración que limite las importaciones de maíz

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, (COAG) pedirá a la Administración central que limite las importaciones de maíz previstas para los próximos meses de agosto y septiembre, por considerar que suponen una seria amenaza para el hundimiento del mercado nacional. También la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) ha manifestado que solicitará la intervención de las autoridades para controlar las importaciones de este cereal en los próximos meses.

Los agricultores temen que de importarse las 436..000 toneladas de maíz previstas para los próximos dos meses, los precios de la producción nacional cuya recogida se inicia precisamente a mediados de septiembre, en Extremadura y Andalucía, sufrirán un grave descalabro.Según la COAG, la cosecha prevista de maíz supera en más de un 20% la de la campaña anterior, que ya fue excepcional, llegando a superar los 2,5 millones de toneladas. En 1983, la producción ascendió a 1,8 millones de toneladas. Además de la bondad de los cultivos, el aumento de la producción previsto se debe también a la mayor superficie sembrada, que en 1985 alcanzará casi el medio millón de hectáreas, frente a las 436.000 de 1984 y las 354.000 de 1983.

Las importaciones efectuadas durante los siete primeros meses de este año han superado las 1,9 millones de toneladas frente a las 1,35 millones correspondientes al mismo período del año anterior. Durante 1984 y 1983 las importaciones de maíz ascendieron a 2.676 y 4.374 miles de toneladas, respectivamente.

La COAG afirma que "algunas de las últimas importaciones se han efectuado a precios inferiores a los establecidos por la administración". En este sentido, el síndicato de mayor implantación en el campo español, sostiene que "se han realizado entradas de maíz del extranjero a 26,30 pesetas el kilo, cuando el precio mínimo fijado por la administración era de 2.6,62 pesetas el kilo".

Este sindicato ha solicitado que se convoque a la comisión de seguimiento de la campaña de cereales para que efectúe un control eficaz de las importaciones y que las autoridades tomen medidas para acabar con las irregularidades y eviten posibles maniobras especulativas.

Aumento de aranceles

Paralelamente, otras fuentes próximas a comerciantes y ganaderos opinan todo lo contrario y señalan que sí los precios no se han hundido ha sido precisamente gracias a las intervenciones de la administración que ha incrementado los derechos arancelarios para las importaciones de estos productos.Según estos sectores, de no intervenir la Administración central, el precio del maíz ya estaría por debajo de las 25 pesetas el kilo, a causa del descenso en la cotización del dólar y por la tendencia a la baja de los mercados americanos.

En noviembre de 1984, la Administración ya decidió una congelación de las importaciones de maíz, "como medida cautelar y profiláctica para evitar un mal peor", según manifestó entonces Julián Arévalo, presidente del Fondo de Regulación de Precios y Productos Agrarios (FORPPA). Tras la suspensión de compras exteriores, representantes de la Administración y de las compañías multinacionales ¡mportadoras (Sesostris, Cindasa, Noga, Interceres y Transáfrica) acordaron limitar las importaciones hasta finales de febrero de 1985 a 700.000 toneladas. Desde entonces el Gobierno no dejado de vigilar este sector del comercio exterior para evitar posibles maniobras especulativas en un mercado en el que confluyen poderosos intereses.

A la baja de los precios americanos ha influido decisivamente el aumento de la oferta. Según estimaciones del Departamento de Agricultura de EE UU la producción mundial de maíz de la campaña 84-85 superará los 430 millones de toneladas lo que supone un aumento del 25% sobre la campaña anterior.

Las importaciones españolas de cereales de Estados Unidos sufrirán una progresiva reducción a consecuencia de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea. Según Agra-Europe, las ventas de trigo duro de Estados Unidos a España declinarán a medida de que España aumente su producción en respuesta a los incentivos comunitarios que recibirán los agricultores españoles. Por efecto de la incorporación a la CEE, en el plazo de 10 años, EE UU verán anuladas sus ventas a España y Portugal que oscilan entre cinco y siete millones de toneladas.