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'El Pajarito' , acusado de la desaparición de 10.000 personas

El general Guillermo Suárez Mason, llamado entre sus compañeros el Pajarito, al frente del Comando del Ejército número uno que tiene jurisdicción sobre toda la capital de Buenos Aires, condujo personalmente la más indiscriminada y brutal represión de que se tenga memoria en la historia del país. Se le acusa de que durante cuatro años, entre 1976 y 1980, ordenó el secuestro y la desaparición de más de 10.000 personas, la mayoría de ellas torturadas y luego asesinadas sin que se encontraran luego sus restos. En junio de 1981 fue retirado del Ejército y nombrado presidente del directorio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y en su breve gestión de un año duplicó la deuda del ente petrolero estatal hasta los 10.000 millones de dólares.Suárez Mason tiene actualmente 61 años, nació en la ciudad argentina de Bahía Blanca -600 kilómetros al sureste de Buenos Aires- y es hijo de un marino. Ingresó como cadete en el Colegio Militar en 1942 y participó en 1951 en un intento de golpe de Estado contra el presidente Juan Domingo Perón y luego se exilió en Montevideo. Fue reincorporado al Ejército por la dictadura militar que reemplazó al Gobierno constitucional de Perón en 1956. Ascendió al generalato en 1973 y fue José López Rega quien convenció a Perón, que había reasumido la presidencia tras 18 años de exilio, para que no castigara al oficial que alguna vez conspiró contra él. López Rega es cofrade de Suárez Mason en la logia masónica Propaganda-2, que dirigía Licio Gelli.

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Desde su puesto en el Comando de Inteligencia del Ejércíto -cargo infrecuente para un oficial de caballería como era él-, participó activamente en la preparación del golpe de Estado que en marzo de 1976 tomó el poder y acabó con el Gobierno que presidía María Estela Martínez, viuda de Perón.

Con el advenimiento de la democracia y ante las miles de denuncias recibidas por los juzgados, Guillermo Suárez Mason fue uno de los primeros militares citados a declarar. Ante la acumulación de pruebas y las evidencias que le implicaban en miles de casos dijo, pocos días antes de marcharse, "no voy a quedar para que me conviertan en el pato de la boda, porque aquí nadie se hará responsable de nada".

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas le dio plazo para presentarse a declarar hasta el 15 de abril de 1984. Como no se presentó en este plazo, le declararon prófugo. Más tarde fue considerado en rebeldía y por último se le dio de baja del Ejército argentino.

Desde entonces, protegido por sus amigos de la logia masónica Propaganda-2 -en la que figuraba con el alias de Sam y un número identificatorio, de acuerdo con las listas que la policía italiana secuestró a Licio Gelli-, fue protegido primero en Venezuela y luego en Bolivia, donde colaboró con los traficantes de droga, en un intento de golpe de Estado.

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