El fraude en la objeción de conciencia podrá ser penalizado

Los médicos que se nieguen a practicar abortos en la sanidad pública alegando objeción de conciencia no podrán realizarlos tampoco en su actividad profesional privada, según se desprende de una nota hecha pública ayer por el Ministerio de Sanidad y Consumo, en la que se intenta salir al paso de las críticas suscitadas en diversos sectores de la sanidad por la normativa que regula el derecho del personal sanitario a no realizar abortos en todos o alguno de los tres supuestos contemplados por la ley.En el comunicado, el Ministerio de Sanidad precisa que "en el ordenamiento jurídico vigente existen instrumentos legales suficientes para perseguir y, en su caso, sancionar cualquier conducta fraudulenta que se pretendiese amparar en el derecho fundamental a la objeción de conciencia y no mantuviera idéntica actitud en el sector privado", y advierte que en este caso "el fraude de ley sería manifiesto".

Sanidad asegura que ha actuado interpretando estrictamente la norma despenalizadora y la sentencia del Tribunal Constitucional, y precisa que no ha dictado ninguna norma para regular la objeción de conciencia porque ya está asegurada en la Constitución.

Por otra parte, señala que actuará con firmeza y respeto para poder organizar los servicios sanitarios necesarios para cumplir el precepto parlamentario que regula el derecho al aborto. Pero indica que para poder organizar estos servicios es necesario conocer los recursos humanos de los que dispone y su calidad profesional. Esta organización se basará "en la disposición mostrada por el personal sanitario en uno u otro sentido, cuando libre y voluntariamente lo quieran expresar".

Dolors Voltás, miembro de la Organización Médica Colegial (OMC), declaró ayer que el Ministerio de Sanidad ha mostrado un total desprecio hacía dicho organísmo al no consultarlo acerca de los comités de seguimiento sobre el aborto que se crearán en los hospitales. Asimismo, recordó que la OMC ha recomendado a sus colegiados que no hagan declaraciones de objeción de conciencia, debido a que "el rechazo del aborto no es un problema moral, sino científico".