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Críticas vaticanas a la 'guerra de las galaxias'

Juan Arias

El Vaticano no está de acuerdo con la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) estadounidense, popularmente conocida como guerra de las galaxias. Así lo ha revelado la agencia periodística italiana Asca, de orientación católica, que ha difundido al mismo tiempo la síntesis de un documento ya aprobado por el papa Juan Pablo II, pero que por el momento debía haber permanecido en secreto.

El vicedirector de la sala de prensa vatícana, Giulio Nicolini, acosado por los periodistas ayer por la mañana, no desmintió el contenido del documento filtrado a la Prensa y se limitó a decir que "aún está sometido al estudio del Papa".El documento es el fruto de un estudio de la pontificia Academia de las Ciencias, que trató la cuestión en un congreso del 21 al 24 de enero pasado. Participaron 29 científicos de todo el mundo, entre ellos soviéticos y estadounidenses. Las cuatro conclusiones finales fueron redactadas por una comisión restringida en la que participaron el norteamericano de origen italiano Eugenio Fubini, colaborador del Departamento de Defensa y consejero del presidente Ronald Reagan en materia de armas espaciales, y el soviético Roald Segdeev, uno de los expertos que participaron en las comisiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética sobre los aspectos científicos y la estrategia nuclear.

Las cuatro conclusiones filtradas ayer son las siguientes:

1. La realización concreta de un escudo espacial requeriría aún por los menos 15 años de estudio e investigación.

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2. No parece posible realizar en la actualidad una pantalla impermeable, es decir, segura al ciento por ciento.

3. Mientras tanto, sería posible proyectar y construir supermisiles capaces de penetrar o violar la protección existente.

4. El proyecto de un escudo espacial costaría el doble que la construcción de un supermisil capaz de penetrarlo.

La conclusión final del documento de los científicos que han trabajado para el Papa se resume en una pregunta sencilla y concreta: ¿Vale la pena gastar todo ese dinero para realizar un escudo que además no ofrece garantías seguras de defensa?

Al parecer, el documento tenía que mantenerse aún en secreto, porque, en los últimos tiempos, Juan Pablo II ha recibido presiones tanto de Washington como de Moscú. De los norteamericanos para que no se publicase, y de los soviéticos para que saliese a la calle cuanto antes.El papa Wojtyla, en realidad habló ya de este documento con los periodistas cuando regresaba de su viaje al Benelux, y dijo que se publicaría próximamente. Sin embargo, en aquella ocasión subrayó que no se trataría de un texto "contra las armas espaciales", sino más bien de algo "puramente científico". Y añadió: "La Iglesia está contra la destrucción y contra todo lo que pueda amenazar a la paz

Al parecer, el 27 de febrero pasado, el nuevo presidente soviético, Andrei Gromiko, trató ya el asunto en el Vaticano con el Papa. Según reveló ayer el diario La Repubblica, Gromiko pidió a Juan Pablo II que publicase cuanto antes el documento de la academia pontificia y le ofreció a cambio, según el diario romano, "un sensible mejoramiento de la actitud de la Unión Soviética hacia la Iglesia católica".

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