La gracia de Kid

Los organizadores dijeron haber vendido 6.000 entradas, a 400 pesetas cada una, para la actuación espectacular en Madrid de Kid Creole and The Coconuts. Y quienes acudieron pudieron disfrutar de música simpática y bailable, miscelánea de ritmos latinos y caribeños, teñidos de funky-pop, además de una coreografía trabajada, vistosa y cómica de los trece artistas que componen la banda de Darnell.No se acortan recursos ni se muestran prejuicios en este espectáculo en el que se distinguen tres aportaciones diferenciadas pero compenetradas: Kid Creole, creador y compositor, canta y dirige los números como figura de síntesis de las partes; Coati Mundi, Andy Hernández, ameniza con su humor y sabor de lo latino, se disfraza a base de cubrir su cabeza rapada con sombreros y pelucas y juguetea y baila sin parar en salsa y en break, si se tercia; y The Coconuts, formado por Adriana, Cheryl y Taryn, que cantan y danzan con energía y gracia sensuales, movidas por esa espontaneidad surgida de ensayos repetidos.

El público miraba y miraba, poco acostumbrado a ver un concierto multitudinario, pero se contagió del ritmo de una banda que nunca cesaba. Annie I'm not your daddy, Please don't go o Endicott fueron temas que sobresalieron de un repertorio encadenado. La instrumentación, con arreglos de viento admirables, percusión constante y guitarra y bajo de corte rockero, estuvo al nivel del espectáculo.