Cultura decide devolver los archivos de Azaña a su viuda, residente en México

Los archivos de Manuel Azaña, ex presidente de la II República, encontrados el pasado año en Madrid, podrán ser trasladados a México si así lo decide la viuda de Azaña, Dolores Rivas, a la que el ministro de Cultura, Javier Solana, ha comunicado su voluntad de reintegrarle los mencionados archivos, según informa la agencia Efe. El ministro ha entendido que los documentos hallados en Madrid proceden de un expolio político, por lo que lo lógico era retrotraer la situación a su origen y devolver los archivos a la familia.

Los archivos de Manuel Azaña fueron encontrados en enero del pasado año, 44 años después de que fueran incautados en París por las tropas de Hitler y enviados posteriormente al general Franco. Parte de los documentos fueron encontrados casualmente en un armario de la Escuela Superior de Policía de Madrid el 26 de enero de 1984. Dos días después fueron encontradas nuevas cajas de papeles en la antigua Dirección General de Seguridad.José Manuel Mata, subdirector general de Archivos, informa que, una vez realizado el inventario, se trata de un archivo privado del que alrededor de un 80% de los papeles pertenece a Manuel Azaña y el resto a su cuñado, el escritor Cipriano Rivas Cherif.

De acuerdo con la legislación española, los archivos podrían haber sido declarados patrimonio documental y, por tanto, inexportables, al ser propiedad de una persona pública y de interés para lograr un mejor conocimiento de una época histórica. Sin embargo, el Ministerio de Cultura ha preferido reintegrar a la viuda toda la documentación.

En contra de las expectativas que inicialmente se levantaron, en el alijo no se encontraron los famosos diarios de Manuel Azaña robados en Ginebra (Suiza). Los diarios fueron robados durante los comienzos de la guerra civil en el domicilio de Rivas Cherif, cónsul en Ginebra, por el diplomático Espinosa, quien se pasó a la zona nacional y entregó los cuadernos a personas allegadas a Franco. Aunque se ha apuntado la probabilidad de que los diarios se encuentren traspapelados en el archivo privado de Franco, sus familiares más directos negaron tal posibilidad.

El material encontrado en un total de 26 cajas ha sido clasificado por funcionarios del Archivo Histórico junto a especialistas del Ministerio del Interior.

Interés humano

Ya en las primeras valoraciones, se apreció que la documentación tiene un alto interés humano y literario, pero escaso contenido político. La aportación de los escritos apunta más hacia la posibilidad de contar con valiosa información sobre las características humanas del que fuera presidente de la II República que hacia un esclarecimiento de las lagunas existentes sobre su actuación política.

Según se reveló en un primer momento, entre el material estrictamente político hay tres informes de gran interés para los historiadores: el espionaje en Cataluña (1937), la detención de Largo Caballero (1937) y la situación de Guadalajara en 1938. En este apartado se encuentra documentación relativa a la sublevación de Cataluña en 1934 y los informes remitidos al presidente sobre las implicaciones y consecuencias que este hecho tendría para la vida del país.

Cartas y borradores

Entre los documentos de carácter literario se encuentra abundante material para seguir la evolución creativa de Manuel Azaña. Además de las cartas remitidas al presidente por la mayoría de los escritores de la época, está el borrador completo de La velada de Benicarló así como varios capítulos de El jardín de los frailes, el material utilizado para La vida de don Juan Valera, así como nueve cartas autógrafas de Valera.

En este lote se incluyen también numerosos apuntes y notas de lecturas realizadas por Manuel Azaña que serían posteriormente utilizadas en sus numerosos escritos.

Hay también una carpeta en la que se encuentran 32 cartas, producto de la correspondencia que Azaña mantuvo con varias logias masónicas, además de papeles antiguos pertenecientes a la familia Rivas Cherif de los siglos XVIII y XIX. Toda esta documentación queda ahora a disposición de la familia de Azaña, cumpliéndose así el deseo manifestado por su viuda, Dolores Rivas, cuando conoció el descubrimiento de los archivos: que dado su carácter privado, fueran entregados a la familia.