La gratitud de Randolph Hearst a un naviero del PNV
P. U., A fines de noviembre de 1982 fueron subastadas las instalaciones del diario Hierro, cerrado por decisión del organismo Medios de Comunicación Social del Estado. Pese a que el preció de licitación era de 66 millones de pesetas, mucho menor del valor real del inmueble, no se presentó ningún comprador. De haberlo habido, la operación podría haber dado origen a un proceso por estafa, término que emplea el Código Penal para describir la venta de bienes litigiosos sin mediar advertencia formal previa de dicha condición del objeto a subastar.
Las instalaciones de Hierro eran litigiosas por partida doble: de una parte, la heredera de Indalecio Prieto reclamaba su devolución. De otra, la rotativa en que se imprimía el diario vespertino bilbaíno, expropiada al Partido Nacionalista Vasco, era también reclamada ante los tribunales.
La rotativa, una auténtica pieza de museo, es una Goss fabricada hacia 1913 en Estados Unidos y que llegó a Bilbao al finalizar la Primera Guerra Mundial. Tras haber funcionado durante cinco o seis años en un diario local de su país de origen, fue regalada al PNV, a través del naviero nacionalista Ramón de la Sota, por el magnate de la prensa norteamericana Randolph Hearst. El gesto del célebre hombre de negocios americano, inspirador del personaje central del filme Ciudadano Kane, de Orson Welles, y abuelo de Patricia Hearst -secuestrada por el Ejército Simbiótico de Liberación y- posteriormente militante del grupo- había sido motivado por la actitud aliadófila de la dirección del PNV durante la Primera Guerra Mundial, y en particular por la colaboración prestada por la flota mercante de dicho naviero.
La rotativa, instalada en la sede del diario Euzkadi, en la bilbaína calle del Correo, siguió funcionando hasta la incautación de éste, en 1937, y sirvió desde dicha fecha para editar el vespertino Hierro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.