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Europa debate la Iniciativa de Defensa Estratégica

Francia presenta la alternativa Eureka al plan de Reagan

Soledad Gallego-Díaz

El presidente francés, François Mitterrand, ha propuesto a sus homólogos europeos, y muy especialmente a Helmut Kohl, de la República Federal de Alemania, un plan, denominado Eureka, para financiar conjuntamente un programa de investigación de alta tecnología. Se trata de la respuesta francesa a la oferta de Ronald Reagan de que los europeos participen de alguna forma en la guerra de las galaxias. La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), nombre oficial del proyecto estadounidense para la militarización del espacio, movilizará enormes recursos económicos y tecnológicos.

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Según Washington, si los europeos respaldan políticamente el programa, podrán beneficiarse de muchos de los adelantos científicos que se obtengan. Según París, la oferta es mezquina porque en el fondo se trata de convertir a Europa en una especie de subcontratista, que producirá bajo licencia estadounidense o japonesa.Frente a esta posibilidad, Mitterrand lanza el programa Eureka. Si París y Bonn se unen, pueden arrastrar a otros países, comunitarios o no, para que financien un auténtico programa europeo. Sólo cuando Europa posea realmente una buena tecnología de punta se podrá pensar en una colaboración con Estados Unidos, en plano de igualdad y no recogiendo las migas que caigan del festín americano-japonés.

El proyecto francés no habla para nada de la Iniciativa de Defensa Estratégica, pero pone el acento en los ordenadores de quinta generación, microelectrónica, inteligencia artificial, nuevos materiales, óptica electrónica, rayos láser y aceleradores de partículas; es decir, los campos que sufrirán una mayor revolución tecnológica en los próximos años gracias a la guerra de las galaxias.

La propuesta francesa se realiza sólo dos semanas antes de que se celebre en Bonn la cumbre de países industrializados, en la que se supone que el presidente Ronald Reagan presionará fuertemente para que sus aliados europeos se decidan de una vez a apoyar la SDI. Mitterrand ha querido darse prisa, pero corre el peligro de quedar completamente aislado. La reacción británica será, probablemente, negativa, pero lo que realmente interesa en París es la reacción de la RFA. El canciller alemán se negó recientemente a participar en el programa para la construcción de una nave espacial europea Hermes, plan que tiene que llevar adelante en solitario Francia. Si Bonn rechaza también Eureka la suerte estará echada y Europa tendrá que vincularse a la guerra de las galaxias si no quiere quedar completamente descolgada de la revolución tecnológica del futuro.

Una carta de Dumas

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Para evitar los resquemores de la Comunidad Económica Europea, donde la iniciativa francesa ha sido acogida con escepticismo y con un cierto temor, el ministro de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, ha enviado una carta explicativa a todos sus homólogos, incluidos el español y el portugués. Dumas tiene previsto realizar una gira por varias capitales de los diez.De la decisión que adopte Europa sobre su participación en el programa de investigaciones de la guerra de las galaxias o en un plan propio, que exigiría un notable esfuerzo financiero, dependerá en un futuro muy lejano el papel del viejo continente en las relaciones internacionales, según resaltan fuentes francesas. Para dichos portavoces, Eureka sería, además, un buen factor de integración y cohesión de la unión política de Europa.

La próxima semana, los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de los siete países miembros de la Unión de Europa Occidental (Francia, RFA, Reino Unido, Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo) discutirán, probablemente, el proyecto norteamericano SDI en Bonn.

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