La Audiencia Provincial de San Sebastián procesa a siete guardias civiles por presuntas torturas a José Joaquín Olano

Un total de siete guardias civiles adscritos a la comandancia de San Sebastián han sido procesados por la Audiencia Provincial de esta ciudad como presuntos autores de un delito de tortura a José Joaquín Olano Balda, vecino de Villabona, detenido el 23 de julio de 1983 y posteriormente puesto en libertad sin cargos. La Audiencia Provincial establece presuntamente que los siete procesados y otros guardias no identificados introdujeron en varias ocasiones la cabeza del detenido en cubos de agua y bolsas de plástico y le golpearon repetidamente en el transcurso de los interrogatorios a que fue sometido mientras permaneció incomunicado bajo la aplicación de la legislación antiterrorista.

Los procesados son el teniente Fidel del Hoyo Cepeda, el sargento Manuel Barroso Caballero, los cabos primero José Domínguez Tuda -condecorado en 1984 por el Ministerio del Interior con la Cruz de Plata de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil- y Enrique Dorado Villalobos, el cabo José Rancaño Fernández y los guardias segundo Manuel Macías Ramos y Felipe Payo Leal. Todos ellos han sido puestos en libertad provisional, suspendidos provisionalmente de empleo y obligados a entregar una fianza solidaria de medio millón de pesetas.Meses atrás, el Ministerio del Interior presentó una querella contra el autor de un reportaje sobre presuntas torturas a Joaquín Olano publicado por EL PAÍS el pasado 28 de octubre. En el mismo número se incluían declaraciones del comandante responsable de la 513 comandancia de la Guardia Civil de San Sebastián, Enrique González Galindo, en las que éste desmentía de forma categórica la posibilidad de que Joaquín Olano hubiese sido sometido a prácticas de torturas. Por el contrario, el comandante Enrique González Galindo apuntaba que las lesiones de Joaquín Olano se produjeron en un zulo (escondite) situado en el monte, "cuando el detenido cogió una granada con intención de tirarla a uno de nuestros hombres y fue reducido de un golpe en la cabeza con el culatín de la pistola".

El auto de procesamiento indica, sin embargo, que el mismo día de la detención, el 29 de julio, a las 21.30 horas, el médico forense del juzgado de guardia reconoció en Joaquín Olano "hematomas en la región frontal y orbitaria derecha con pequeña erosión en la sien, hematomas dispersos en cuero cabelludo, hematomas en forma de punteado disperso en ambos brazos y hombro izquierdo, un gran agotamiento físico, siendo incapaz de mantenerse de pie". El reconocimiento del forense se produjo por la denuncia presentada por una vecina de la comandancia del cuartel de la guardia Civil en el barrio del Antiguo, que oyó gritos y sollozos en una noche en la que el fuerte bochorno obligó a muchos donostiarras a dormir con las ventanas abiertas.

Joaquín Olano fue trasladado a Lasarte para la localización de su supuesto zulo y allí fue nuevamente golpeado, según consta en el mencionado auto de procesamiento, siendo hospitalizado a las 0.30 horas del día 30 de julio en la Cruz Roja de San Sebastián. Los médicos de este centro hospitalario certificaron entonces que Olano presentaba nuevas lesiones: dos seguidas en la región frontal derecha y otra en la ceja del mismo lado.

Siguiendo el relato del auto de procesamiento, diez días más tarde Olano fue nuevamente golpeado por el guardia José Domínguez Tuda en el vehículo policial que le trasladaba desde el hospital de la Cruz Roja a la prisión de Martutene. Al día siguiente, el forense apreció en el cuerpo de Olano "hematomas diversos en la región interescapular, región baja y pierna derecha", lesiones que obligaron a trasladarlo al hospital provincial de San Sebastián. Siete días después de ser dado nuevamente de alta Olano padecía, según el médico forense, "trastornos digestivos con descomposición y estado de intranquilidad y nerviosismo".

El auto de procesamiento dictado por la Audiencia Provincial se sustenta en la existencia de "indicios racionales de criminalidad" en la actuación de los inculpados. En los próximos días el juez instructor comunicará el auto de procesamiento a los siete guardias civiles y les tomará declaración antes de devolver el sumario a la Audiencia Provincial.