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LA INVESTIGACIÓN SOBRE LOS ESCÁNDALOS FINANCIEROS

A la 'jet-set' no le gusta el blanco y negro

Gabriela Cañas

El escándalo de la evasión de divisas ha sumido en el mutismo y la indignación a la alta sociedad española. Mutismo porque no quieren comentar un asunto tan enojoso que les huele a "maniobra política" y "venganza" contra una casta por siempre privilegiada. Indignación porque no es costumbre que personajes que brillan en los salones sean tratados en los periódicos como si fueran unos sacamantecas, al decir de un marqués. A la jet set le desagrada profundamente protagonizar las páginas en blanco y negro."Estoy asqueada", dice Charo Palacios, condesa de Montarco. "Yo creo que hay cosas más importantes de las que hablar y me parece horrible que se monte tal escándalo alrededor de gente que puede ser inocente". La condesa de Montarco es muy amiga de algunos de los notables presuntamente implicados en el caso de la evasión de divisas, por lo que afiade tajante: "Yo, por supuesto, apoyo totalmente a mis amigos. No es humano lo que se está haciendo con ellos".

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"A mí me parece lamentable la forma sensacionalista en que la Prensa está tratando este tema", dice Pitita Ridruejo, esposa de embajador, adalid de la jet set española. "Yo soy íntima amiga de Tessa (princesa Teresa de Baviera) y estoy totalmente con ella. No se puede tratar así a gente de la que todavía no se ha probado culpabilidad alguna". El sentido de la estética no es exclusiva de la nobleza. "Fíjese en la foto del otro día", decía un director general de Exterior. "Es que le están golpeando al pobre conde de Gamazo con el micrófono en la cabeza".

"Yo creo que los medios de comunicación han exagerado el dramatismo de este asunto", dice José María de Areilza, conde de Motrico y ex ministro de Exteriores "Hace sólo un momento he visto en televisión las imágenes de la condesa de Teba llorando; no me parece correcto que se dé este tratamiento a un asunto que es normal en otros países". Para Luis Escobar, marqués de las Marismas del Guadalquivir, conocido actor de las películas de Luis García Berlanga, el problema es que está tratando a los presuntos implicados como si fueran sacamantecas, unos auténticos criminales.

Asombro, miedo y silencio

Dice un experto periodista de la Prensa del corazón que "la jet set, más que conmocionada, está asustada". También los responsables de esas revistas están asustados. "Cómo vamos a salir a contar que nuestros grandes personajes son unos chorizos", dice uno. "El problema es que todos se acogen al secreto del sumario", dice otro.

En efecto, sólo Tessa de Baviera y Miriam Figueroa pidieron ayer al juez silencio absoluto cuando fueron reclamadas de nuevo a declarar, y la mayoría de los grandes personajes consultados por este periódico se ha negado a comentar algo sobre el escándalo. Es el caso de Marisa de Borbón, que, de paso, advierte que es amiga de Tessa de Baviera, pero no "amiga íntima"; del duque de Alba, que cree que "es un asunto del que sólo debe opinar el juez", o de su esposa, Cayetana Fitz James Stuart, que prefiere ignorar ahora llamadas telefónicas. El último número de Semana ofrecía una entrevista a la duquesa escrita por la misma Tessa de Bavieraa.

Sólo los más atrevidos notables han salido de su reserva para afirmar que todo es una maniobra política. "No sé con qué fines", ha dicho Pitita Ridruejo, "pero es evidente que se trata de una maniobra". "Esta es una cuestión política", opina Luis Figueroa y Pérez, conde de Romanones. Sólo Jaime de Mora se desmarcaba, al declarar en la radio: "En un país que va mal financieramente me parece una tremenda insolidaridad evadir divisas"; y añade: "Cuando el río suena, agua lleva".

Lo más habitual es que la jet asegure no haber comentado nada con los amigos sobre el particular. "No he pulsado opiniones", dice Jaime Carvajal Urquijo, marqués de Isasi. "No he hablado con nadie", afirma Pitita Ridruejo. "No he comentado nada con los amigos", explica Carmen Muñoz Rocatallada, condesa de Yebes. "¡Pero si no se habla de otra cosa en los últimos días!", exclama, por su parte, José Luis de Vilallonga.

Grande de España, marqués de Castellvell y de Castelmeya, barón de Segur, de Malda y de Maldanell, José Luis de Vilallonga -que se afilió al PSOE en 1981- no se considera a sí mismo miembro de una alta sociedad. Vilallonga también opina como Jaime de Mora, y añade: "Lo que le pasa a la jet set es que está asombrada. No por la noticia en sí, sino por el hecho de que se atrevan a actuar en contra de una casta que hasta ahora era intocable.... Esta gente lleva toda la vida evadiendo divisas".

La alta sociedad se ha retirado a sus cuarteles de invierno. Muchos han tenido la suerte de estar fuera., que por algo la llaman jet set ("sociedad del avión", según traducción literal del anglicismo). Gunilla von Bismark estaba en Saint Moritz, y los marqueses de Griñón, Carlos Falcó e Isabel Preysler, simplemente "fuera", según la servidumbre. Cary Lapique, otai asidua de los círculos de la jet vuelve hoy de Suiza, mientras que Jaime de Mora volaba ayer para Marbella. Los que estaban en España cuando las noticias saltaron a la prensa se muestran remisos hablar y a acudir a los salones.

Una boda que el pasado viernes, en el hotel Palace, habría conocido en otros tiempos el esplendor, se vio sometida a la afluencia de periodistas camuflados que tuvieron que contentarse con un banquete sin chismes ni divisas.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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