El Papa, caricaturizado
¡Con qué frivolidad y ligereza algún periodista pontifica sobre todo lo humano y lo divino! Ni la carismática y entrañable figura del Papa se ve libre de la fácil caricatura y de la mordacidad irónica de sus plumas.El señor Manuel Vicent (EL PAIS, 5 de febrero) se despacha a su gusto a propósito del viaje de Juan Pablo II y, en estilo desenfadado, ridiculiza el contenido y toma de postura del Papa en el sangrante problema de la pobreza y violencia en el Tercer Mundo.
¡Qué fácil le resulta en pocas líneas tergiversar y distorsionar la verdad! Presenta el mensaje pontificio como una proclama de resignación y aceptación de la actual situación de miseria e injusticia, en espera de la futura salvación en el reino de los cielos.
Esto, además de falso, es injusto y malévolo, y denota cuando menos no haber leído -o, lo que es peor, haber leído al revés- las palabras de Juan Pablo II. El Papa sólo ha pronunciado un no claro, enérgico y valiente a la lucha armada, a la revolución y a la violencia, como posturas anticristianas y antievangélicas.-
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